CAPÍTULO 6

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Dedicado a metsifff

Lo más importante era recuperar el calor corporal. Tras leer el sobre rojo y comprobar que tendrían el tiempo necesario para actuar procedieron a cambiar sus ropas mojadas por las prendas extras que Ali había encontrado en su primer día en la otra habitación.

En su desesperación por escapar del frío infernal Sangwoo había olvidado la mochila con las cosas necesarias, afortunadamente Ali había logrado anticiparse aprovechando en agarrar lo necesario antes de qué la puerta quedará totalmente sellada.

Una vez que se vistieron, se acostaron en la cama vacía. Nuevamente se vieron obligados a abrazarse, pero no lo pensaron muchos, y luego de cubrir principalmente sus pies, cuello y manos, guardaron silencio. Ambos estaban tan concentrados en regularizar sus respiraciones que ni siquiera les importo hundir sus cabezas en el cuello del otro en busca de más calor.

La habitación se fue regularizando a una temperatura más cálida a medida que pasaron los minutos, los escalofríos, el pulso acelerado y la falta de coordinación pronto pasaron hacer un problema pasado.

Sangwoo suspiro con alivio, el mareo que había estado sintiendo también comenzó a descender, pero la fatiga comenzaba a envolver todo su cuerpo hasta estar tentando a cerrar sus ojos por completo y dejarse llevar por el sueño.

Cerro los ojos tras unos minutos más tarde, sin embargo, el cansancio físico no era suficiente para bajar la guardia, su raciocinio lo obligaba a permanecer en alerta y a seguir tratando de analizar el contenido del sobre rojo para el próximo juego.

El siguiente desafío no se trataría de juegos infantiles, las reglas habían cambiado a una dirección totalmente opuesta. Se estaba esforzando por descifrar las señales de la carta, pero estas simplemente parecían remolinos de letras que impedían transformarlas en líneas coherentes.

Su desesperación iba en aumento con cada fallo que su cometía por encontrar una respuesta qué sin notarlo de poco se fue dejando llevar por la tentación del sueño.

Su mente trajo un recuerdo extrañamente satisfactorio.

Se imaginó agotado en una cama, después de una larga faena de lujuria. Aquellas ocasiones solían darse cuando estaba demasiado estresado por el infernal trabajo. Su cuerpo simplemente le pedía una estimulación que lo obligara a perderse entre besos y caricias, que lo ahogaran de una manera tan profunda hasta qué finalmente terminará en un largo éxtasis para recuperar la esencia de vida que lo hiciera soportar el trajín del día a día.

Era un círculo vicioso que ahora agotado le servía de estímulo para calentar su cuerpo con mayor rapidez, y de repente la solo idea fue tentadora.

Entre abrió los labios suspirando, perdido entre extremidades delgadas y de suave piel, pero aquella fantasía no tardo en verse opacada con el primer movimiento por parte de Ali.

Se alejó lentamente de su compañero que al igual que él, tras largos minutos volvía a recuperar su temperatura corporal. Ambos se sentaron en la cama dejando un espacio entre ellos para volver a recuperar la intimidad perdida.

—Traeré la comida —musito.

Ali no busco una excusa para alejarse, tras regularizar el calor en sus cuerpos otros síntomas habían comenzado hacerse presente, como el hambre y fatiga, pero aun así trago saliva. Su repentino deseo no había despertado lo suficiente para dejarse en evidencia, pero aquella acción lo sintió como un golpe directo. A veces no podía entender como su cuerpo y mente actuaban de modos tan distintos, habían lograron apenas sobrevivir a una situación de muerte y en lugar de pensar en regalo haber sobrevivido su mente le había echó recordar escenas totalmente fuera de lugar.

Su compañero volvió con una caja negra, encima tenía una nota que daba felicitaciones por haber logrado sobrevivir y como recompensa tenían derecho a un pobre alimento. Sangwoo arrugo la nota botándola lejos.

Los alimentos suficientes para dos personas, eran panes con bebidas calientes. El maldito qué los encerró había estado presente en ese mismo lugar preparando todo para cuando salieran de la otra habitación.

Mientras se concentraba en su bebida, pensaba en el poder tener la oportunidad de acabar con quien le hizo eso, pero la fuerte arcada que sintió al probar la primera gota de agua le hizo difuminar el único consuelo que había logrado tener de momento.

Tratar de beber el agua lentamente con un gran corte reciente no había sido la mejor idea. Aun no estaba en condiciones de alimentarse adecuadamente. Había realizado mucho esfuerzo al intentar alertar a Ali para que esté no cometiera la imprudencia de cruzar la puerta.

Llevó sus manos hasta su cuello para retirar el pedazo de tela qué había servidor cómo bufanda improvisada para cubrir su herida. La sensación húmeda del vendaje no le extrañó al adulto, en su desesperación por recuperar el calor había optado por aquel método momentáneo de cubrirlo con algo seco hasta pudiera tratarlo.

—Estas sangrando Sangwoo —le dijo Ali acercándose con cautela. —Debo cambiar tus vendajes, aún quedan suficientes para tratarte.

El cambiar los vendajes había sido una idea qué pasó por la mente de Sangwoo, pero viendo ahora los pocos implementos del botiquín se preguntó si era realmente necesario ¿Qué pasa si los necesitaban vendajes más tarde? Era imprudente desperdiciar los pocos recursos a su alcance, pero Ali no pareció opinar de la misma manera, y contra las protestas quito el viejo vendaje.

—Mi madre solía decirme de niño que si una herida grave no se trataba más tarde las consecuencias serían peores. No lo obedecí una vez, y terminé en cama muchos días —relato Ali tratando la herida, era su manera de evitar el incómodo silencio — ¿Por qué lo hago? — se cuestionó al leer la nota de su compañero — Sangwoo estas herido, ¿no es motivo suficiente?

"No lo sé"

—Cuando estuve en problemas tú me disté el pasaje para el autobús y me ayudaste muchas veces, ¿Por qué lo hiciste?

Sangwoo no lo sabía. Solía preocuparse por lo que la gente pensara de su persona después de todo era un hombre de negocios, debía dar la alusión de ser alguien confiable y perfecto; es por eso que desde muy joven perfecciono la técnica para ocultar su verdadero ser, el de alguien egoísta, mentiroso que no le importaba hacer sacrificios con tal de conseguir lo deseado.

Ali por el contrario era alguien amable. Era muy abnegado, guardaba la misma compasión por sus amigos como de sus enemigos. Servicial, obediente y sumamente respetuoso, algo que Sangwoo no logro entender del todo, pero que ese "algo" resulto suficiente para querer ayudarlo.

"Solo lo hice. No hay una razón en especial" le escribió incapaz de expresar más razones.

—Entiendo —Ali no pareció satisfecho con la respuesta, mas no indago. — ¿Qué planea hacer cuando salgamos de acá?

Sangwoo enseguida pensó en su madre, a quien había dejado encargado a Gi-hun. Se preguntó si ahora mismo estaba siendo feliz, sin la necesidad de matarse tanto para poder subsistir. Esperaba que estuviera tranquila y que si era posible olvidara que alguna vez que tuvo un hijo tan decepcionante como él.

"Disculparme con mi madre" fue sincero en su respuesta, más realmente no tenía planeado volver a ver a su progenitora si salía. Engañar, robar, incluso hundir a otros, era algo que no le avergonzaba hacer, nadie llegaba alto si no se ensuciaba las manos, pero sabía que a su madre no le enorgullecería de saberlo.

—Yo también, no con mi madre si no con mi esposa e hijo.

"Lo harás" se limitó a escribir Sangwoo, él se encargaría de ayudarlo.

Ali asintió—Esta vez cualquier costo.

Hacia el abismo de los sentimientos (Squid Game)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora