Cap 8

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Luca se encontraba un poco frustrado, los meses corrían delante de sus ojos, dos meses más seguían saliéndose de sus manos y aún no encontraba una respuesta para lo que pasaría, en esos momentos el solo pensaba que necesitaba poner una gran rebanada de pastel de chocolate en su boca mientras veía a lo lejos a su esposo trabajar.

Luca, de ahora cinco meses, se encontraba en la sala de la casa que alberto le había regalado, frustrado, en su gran sillón, leyendo una pequeña revista astronómica mientras intentaba evitar llorar por el echo de que ya nada de su ropa quedaba en el; su pequeño estómago ya había tomado una gran forma circular, sus antojos habían aumentado a la par que sus mareos y náuseas desaparecieron por completo. La joven luca evitaba salir por los días, sería muy extraño tener que explicarle al pequeño y clásico pueblo de portorosso que dos hombres Serían padres, seguido recibía visitas de sus padres o de su amiga y la novia de esta, aunque ese día era la excepción, hoy nadie vendría a tocar su puerta, el se encontraba indispuesto y solo esperaba el momento en que cayera el sol para que su amado alberto llegara y ambos fueran a caminar y nada un poco.

-concentrazione luca, por favor- se grito el joven a él mismo tirando su revista aún lado y parándose de golpe del sofá- tu pequeño hijo nacerá y aún no estás seguro que pasará, ambos son monstruos marinos, es claro que será también un mostró marino, pero nunca se a registrado el nacimiento de un recién nacido fuera Del Mar, podría ser peligroso, si naciera fuera de él y naciera transformado podría morir, se supone que es al año cuando los monstruos pueden adquirir una forma de monstruos de tierra, piensa luca...- expresaba el joven algo frustrado jalando sus rizos perfectos mientras suspiraba fuertemente; tiro su cuerpo sobre el sillón y comenzó a acariciar su estómago- mi pequeño bebé, prometo protegerte tanto como pueda, tu madre te ama- susurro luca hacia su hijo el cual aún no emitía ningún movimiento

Luca suspiro profundamente y cerró sus ojos, no quería dejar el pueblo humano, ya tenía una vida ahí. Una casa, pertenencias, incluso alberto había conseguido una familia y tener que dejarlo todo, obligar a su amado a despedirse de la vida que había logrado formar. Aunque fuera solo un año sería difícil.

Mientras tanto alberto se encontraba en el trabajo, junto a su padre, los días eran cada día más cálidos aunque pronto se aproximaría el otoño y con el tal vez la llegada de su bebé.

-en que piensas alberto?- pregunto massimo viendo como su hijo se había distraído por unos momentos de la pesca

-oh lo siento, pensaba que si el bebé llegaba en otoño, no se enfermaría?, el agua está muy fría en esa época del año y no se si andar llendo y viniendo sea una gran idea, cambios de temperatura podrían afectarle, ademas sus escamas serán tan pequeñas y delgadas y no será fácil para el o para ella adaptarse al cambio y...- alberto había comenzado a divagar pero fue detenido por la risa de su padre el cual hizo que se sonrojara un poco volviendo en si

Massimo se sentó en el bote y señaló a su lado haciendo que alberto repitiera su acción, el más viejo suspiro y miró a la orilla del bote, el mar, el azul mar que se mezclaba en las orillas con el azul cielo de portorosso.

-antes del nacimiento de giulia yo era como tú, sentía miedo, como podría cuidar un bebé con un solo brazo, acaso el bebé tendría que nacer en Génova?, y si un día me quedaba dormido y ella salía y se hundía en el mar?; todo eso recorría mi mente día y noche y siempre deseaba que no saliera del estómago de su madre pues ahí estaría a salvo para siempre pero igual quería conocerla, verla con mis propios ojos. El día que nació la vi, era la criatura más pequeña que había visto, tan pequeña que creí que el viento la podría llevar volando, tan pequeña que sentía miedo de tenerla entre mis brazos porque podría romperse, pero cuando la pusieron sobre mi brazo todo ese miedo desapareció, todas las dudas, simplemente huyeron, cuidar un bebé no es fácil, muchas veces lloran, algunas no hablan, se van a caer y no será tu trabajo prevenir eso, tú trabajo será ver que puedan levantarse y seguir corriendo, incluso cuando crecen, el trabajo de un padre nunca termina, siempre ayudarás a tus hijos- expreso massimo mientras posaba su mano sobre el hombro de su hijo- siempre estaremos para ayudarte alberto, cuando tengas dudas o problemas, sea de humano o de pez, como tu padre buscaré aconsejarte para que te levantes y puedas seguir corriendo junto a tu hijo o hija- las palabras de massimo cayeron como un balde de agua fría sobre alberto

Alberto no espero más y se lanzó sobre su padre en un abrazo, era lo que el necesitaba, ahora lo comprendía, era claro como el agua, podría siempre confiar en su padre, en la nueva familia que el había formado.

-regresémos por hoy, luca estará feliz de ver que regresas temprano hoy- dijo massimo con una sonrisa en su boca

-claro que si papá- respondio alberto mientras limpiaba algunas lágrimas que habían escapado por sus mejillas

El camino de regreso fui silencioso, simplemente ellos dos y el sonido del motos del bote junto con el mar que se rompía a sus pies conforme se acercaban a la costa. Apenas llegaron alberto ayudó a bajar algunos peses y se despidió de su padre, ahora más que nunca quería llegar con su hermoso luca y besar sus labios y tocar su hermosa pancita en donde se encontraba resguardado su pequeño pescadito.

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⏰ Última actualización: Jan 13, 2022 ⏰

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