CAPÍTULO 33

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Seungmin.

Observó mientras cierra la puerta tras de sí. Estoy agarrándome la mano, aterrado de leer lo que escribió.

Vi la mirada en sus ojos.

Vi dolor, pesar, miedo... amor.

Mantengo la mano fuertemente aferrada a mi pecho sin leerla. Me niego a aceptar que cualquiera de las palabras que están escritas en mi palma, destruirán la poca esperanza que tenía en nuestro quizás algún día.

«...»

Mi cuerpo se estremece, y mis ojos se abren.

No sé lo que me despertó, pero estaba en medio de un profundo sueño. Está oscuro. Me siento en la cama y presiono mi frente con la mano, haciendo una mueca de dolor. Ya no siento nauseas, pero nunca en mi vida he estado tan sediento. Necesito agua.

Me levanto y estiro los brazos sobre mi cabeza, entonces miro el despertador: 2:45 A.M.

Menos mal. Necesito tres días más de sueño para recuperarme de esta resaca. Voy caminando hacia el baño de Hyunjin cuando un sentimiento desconocido me embarga. Me detengo antes de llegar a la puerta. No estoy seguro de por qué me detengo, pero de pronto me siento fuera de lugar.

Se siente extraño, caminar hacia este baño justo ahora. No como si estuviera caminando hacia mí baño. No como si me perteneciera del todo, a diferencia de cómo me sentía en mi último apartamento. Ese baño se sentía como mi baño. Como si me perteneciera. Ese apartamento se sentía como mi apartamento. Todo el mobiliario en él se sentía como mi mobiliario.

Nada en este lugar se siento como yo. Aparte de las pertenencias en las dos maletas que traje conmigo la primera noche, nada más aquí se siente siquiera remotamente mío.

¿La cómoda? Prestada.

¿La cama? Prestada.

¿La televisión de los jueves por la noche? Prestada.

La cocina, la sala de estar, todo el dormitorio. Todo pertenece a otra persona. Me siento como si estuviera pidiendo prestada esta vida hasta que encuentre una mejor por mi cuenta. Me he sentido como si estuviera pidiendo prestado todo desde el día que me mudé aquí.

Demonios, incluso estoy pidiendo amigos prestados. Hyunjin no es mío. Nunca será mío. Por mucho que me duela aceptarlo, estoy tan harto de esta constante batalla en curso con mi corazón. No puedo soportarlo más. No me merezco este tipo de auto-tortura.

De hecho, creo que necesito mudarme.

Sí.

Mudarme es lo único que puedo hacer para empezar a curarme, porque ya no puedo estar alrededor de Hyunjin. No con lo que su presencia me hace.

¿Escuchas eso, corazón? Ahora estamos a mano.

Sonrío ante la constatación de que finalmente estoy a punto de experimentar la vida por mi cuenta. Estoy consumido con un sentido de logro. Abro la puerta del baño y enciendo la luz... entonces, inmediatamente caigo de rodillas.

Oh, Dios.

Oh, no.

¡No, no, no, no, no!

Lo agarró por los hombros y le doy la vuelta, pero su cuerpo entero está lánguido. Sus ojos en blanco, y su rostro pálido.

¡Oh, Dios mío! —¡Hyunjin!—Me arrastro sobre él y llegó a la puerta de su dormitorio. Grito su nombre tan fuerte que mi garganta se siente como si estuviera desgarrándose. Intento girar la manilla varias veces, pero mis manos siguen deslizándose.

Fine [HyunMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora