CAPÍTULO 40

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Seungmin.

—Déjame agarrarlas—dice Jisung mientras se agacha a recoger mis maletas. Las lleva por las escaleras, y lo sigo.

Una vez que subimos a su coche, me doy cuenta que ni siquiera sé a dónde voy. No he pensado en esto con mucha antelación. Tan pronto como Hyunjin me dijo que necesitaba que me fuera hoy, sólo empaqué mis cosas y me fui sin siquiera un plan para lo que voy a hacer por los próximos tres días. Mi nuevo apartamento no está listo, pero estoy deseando poder estar en él. Quiero estar lo más lejos que pueda de Hyunjin, Jeongin, Jisung, Minho, Changbin, Chan, y de todos.

—Hyunjin quiere que te lleve a un hotel hasta que tu apartamento esté listo, pero ¿hay algún otro lugar al que preferirías ir?—

Jisung está sentado en el asiento del conductor, y yo estoy en el asiento del pasajero. Ni me acuerdo de meternos en el auto. Doy vuelta y lo miro. Él sólo me observa. El auto todavía no ha arrancado.

Dios, me siento tan patético. Me siento como una carga.

—Es ridículo, ¿no?—le digo.

—¿Qué?—

Hago un gesto a mí mismo.

—Esto.—Apoyo la cabeza contra el reposacabezas y cierro los ojos. —Debería ir a casa con mis padres. Obviamente, no estoy hecho para esto.—

Jisung suspira.—¿No estás hecho para qué? ¿La universidad? ¿La vida real?—

Niego con la cabeza.

—La independencia, en general, de verdad. Changbin tenía razón cuando me dijo que estaría mejor viviendo con él que por mi cuenta. Tenía razón en eso, al menos. He estado en la vida de Hyunjin menos de tres meses, y he arruinado con éxito toda su relación con Jeongin.— Miró por la ventana, al balcón vacío. —También he arruinado toda su amistad conmigo.—

Jisung arranca el coche, luego se acerca y me aprieta la mano.

—Hoy es un día malo, Seungmin. Uno muy, muy malo. A veces en la vida, necesitamos un par de días malos con el fin de mantener los buenos en perspectiva.—Suelta mi mano y sale en reversa del estacionamiento.—Y lo has logrado todo este tiempo sin tener que regresar a tus padres. Lo puedes hacer tres días más.—

—No puedo pagar un hotel, Jisung. Gasté todos mi ahorros en los muebles y el depósito para el nuevo apartamento. Sólo llévame a la estación de autobuses. Iré a quedarme con mis padres durante unos días.—Agarró el teléfono para tragarme el orgullo y llamarlos, pero Jisung lo saca de mis manos.

—En primer lugar, tienes que dejar de culparte por lo que está sucediendo con Hyunjin y Jeongin. Hyunjin es una persona grande, y sabe lo que es bueno y lo que es malo. Él era el que tenía una relación, no tú. En segundo lugar, tienes que dejar que Hyunjin pague por este hotel, porque él te ha dicho que te vayas sin previo aviso. Por mucho que amo al tipo, en cierto modo te lo debe a lo grande.—

Miro al balcón vacío, mientras nos vamos.

—¿Por qué me siento como si hubiese estado tomando limosnas de Hyunjin desde el día en que lo conocí?—Aparto la mirada del balcón, sintiendo la ira construirse en mi pecho, pero ni siquiera sé con quién estoy enojado. ¿El amor, tal vez? Creo que estoy enojado con el amor.

—No sé por qué te sientes así—dice Jisung.—pero tiene que parar. Nunca nos has pedido nada.—

Asiento tratando de estar de acuerdo con él. Tal vez Jisung tiene razón. Hyunjin es culpable de esto tanto como yo. Él es él quien está en una relación. Debería haberme pedido que se fuera tan pronto como supo que desarrollaba sentimientos por mí. Debió también haberme dado más de cinco minutos para irme. Me hizo sentirme como un estorbo que como una persona por la que se supone que se preocupa.

—Tienes razón, Jisung. ¿Y sabes qué? Si Hyunjin va a pagar, quiero que me lleves a un hotel muy bonito y caro, el hotel más bonito y caro que exista. Uno con servicio de habitaciones, y minibar lleno de pequeñas botellas de alcohol.—

Jisung se ríe.

—Ese es mi chico.—

— ♡ —

Fine [HyunMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora