CAPÍTULO 38

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Hyunjin.

El tercer y último mensaje llega cuando estoy estacionado en el hospital. Sé que es el mensaje final, porque es de la conversación que tuve con Seungmin hace menos de dos horas. Esta es la última cosa que le escribí.

Jeongin: "No me lo agradezcas, Seungmin. No me debes agradecer, porque fallé miserablemente tratando de no enamorarme de ti."

No puedo soportar más. Lanzó el teléfono en el asiento del pasajero y salgo del vehículo. Luego corro al hospital y directo a su habitación. Corro por los pasillos pensando qué hacer para convencerlo de que me escuche.

Cuando estoy dentro de su habitación, mi estómago da un vuelco.

Él se ha ido.

Presiono las manos contra mi frente y me paseo por la habitación vacía, intentando averiguar cómo puedo retroceder todo. Lo leyó todo. Cada conversación que tuve con Seungmin en mi portátil. Cada sentimiento honesto que compartí, cada broma que hicimos, cada error que enlistamos.

¿Por qué fui tan jodidamente descuidado?

Durante veinticinco años viví sin experimentar este tipo de odio. Es el tipo de odio que abruma por completo la conciencia. Es el tipo de odio que no puede excusarse con nada. El tipo de odio que se respira en todas las facetas del cuerpo y en cada centímetro del alma. Nunca lo había conocido hasta este momento. Nunca había odiado nada, ni a nadie con tanta intensidad como me odio a mi mismo en este momento.

Seungmin.

—¿Estás llorando?—pregunta Minho sin compasión mientras atraviesa la puerta principal. Jisung lo sigue de cerca, pero se detiene al segundo en que sus ojos se encuentran con los míos.

No sé cuánto tiempo he estado sentado inmóvil en el sofá, pero todavía no es suficiente para absorber la realidad de lo que pasó. Todavía estoy esperando que esto sea un sueño. O una pesadilla. Así no es como se supone que resultaría.

—¿Seungmin?—dice Jisung vacilante. Él sabe que algo está mal, porque estoy seguro de que mis hinchados ojos inyectados en sangre claramente me delatan.

Intento formular una respuesta, pero no lo logro. Una parte de mi todavía siente que la situación de Hyunjin y Jeongin no es mía como para compartirla.

Por suerte, Jisung no tiene que preguntarme qué pasa, porque estoy a salvo cuando Hyunjin hace presencia. Irrumpe por la puerta principal, alejando de mí tanto la atención de Minho como la de Jisung.

Se empuja entre los dos y se dirige directamente a su habitación. Abre la puerta, y luego sale a través del cuarto de baño segundos después. Mira a Jisung y hace señas. Jisung se encoge de hombros y le devuelve las señas, pero no puedo seguir su conversación.

Cuando Hyunjin vuelve a responder, Jisung me mira directamente.—¿Qué quiere decir?—me pregunta.

Me encojo de hombros. —No aprendí lenguaje de señas luego de la última vez que hablamos, Jisung. ¿Cómo demonios voy a saberlo?—

No sé de dónde viene mi sarcasmo injustificado, pero presiento que Jisung había estado esperando por eso.

Niega con la cabeza.—¿Dónde está Jeongin, Seungmin?—Jisung señala el mostrador, hacia la computadora de Hyunjin. —Él dice que tenía su ordenador, por lo que tuvo que venir por aquí después de haber salido del hospital.—

Miro a Hyunjin para responder, pero no puedo negar el hecho de que los celos están atravesándome viendo su reacción cuando se trata de Jeongin. —No sé a dónde fue. Todo lo que hizo fue entrar, dejar tu ordenador y agarrar sus cosas. Se fue hace media hora.—

Fine [HyunMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora