CAPÍTULO 5

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Seungmin.

Si él las odió, lo menos que podía haber hecho era enviarme un agradecimiento. Sé que no debería molestarme, pero lo hace. Sobre todo porque nunca quise enviárselas en primer lugar. No esperaba que me alabara, pero el hecho de que me suplicó tanto por eso y luego simplemente las ignoró como que me irrita.

Y no ha salido a su hora habitual en casi una semana. He querido mandarle un mensaje al respecto muchas veces, pero si lo hago, entonces parecerá como si me importara lo que piensa de las letras. No quiero que me importe. Pero puedo decir lo decepcionado que me siento porque sí me importa. No me gusta creer que a él le gusten mis letras. Pero la idea de ayudar de verdad en una canción es un poco emocionante.

—La comida debería estar aquí en un rato. Voy a sacar la ropa de la secadora— dice Chan.

Abre la puerta, y me siento en el sofá cuando escucho el sonido familiar de la guitarra desde el exterior. Cierra la puerta detrás de él, y por mucho que quiero ignorarlo, corro a mi habitación y en silencio me deslizo hacia el patio, con libros en la mano. Si me hundo lo suficiente en mi silla, podría no darse cuenta de que estoy aquí.

Pero está mirando directamente a mi balcón cuando salgo. No me reconoce con una sonrisa o incluso un movimiento de cabeza cuando me siento. Sólo sigue tocando, y tengo curiosidad por ver si simplemente va a pretender que nuestra conversación de la semana pasada nunca pasó. En cierto modo eso espero, porque me gustaría pretender que nunca pasó.

Toca las canciones conocidas, y no me toma mucho tiempo dejar ir mi vergüenza por el hecho de que pensó que mis letras eran estúpidas. Traté de advertirle.

Termino mi tarea mientras él sigue tocando, cierro los libros, me recuesto y cierro los ojos.

Está en silencio por un minuto, y luego comienza a tocar la letra de la canción que le envié.

En la mitad de la canción, la guitarra hace una pausa de varios segundos, pero me niego a abrir los ojos. Él sigue tocando justo cuando mi teléfono vibra con un mensaje entrante.

Hyunjin: "No estás cantando."

Lo miro, y me está mirando con una sonrisa. Baja la mirada a su guitarra y mira sus manos mientras termina la canción. Luego agarra su teléfono y envía otro mensaje.

Hyunjin: "¿No quieres saber lo que pensé de las letras?"

Yo: "No, estoy bastante seguro de que sé lo que pensaste. Ha pasado una semana desde que te las envié. No hay problema. Te dije que eran estúpidas."

Hyunjin: "Sí, lo siento por el silencio. Tuve que dejar la ciudad por unos días. Emergencia familiar."

No sé si dice la verdad, pero el hecho de que afirma que ha estado fuera de la ciudad alivia mi temor de que no ha salido a su balcón por mi culpa.

Yo: "¿Está todo bien?"

Hyunjin: "Sip."

Yo: "Bien."

Hyunjin: "Sólo voy a decir esto una vez, Seungmin ¿Estás listo?"

Yo: "Oh Dios, ¡No! Voy a apagar mi teléfono."

Hyunjin: "Sé dónde vives."

Yo: "Bueno."

Hyunjin: "Eres increíble. Esas letras. Ni siquiera puedo describir lo perfectas que son para la canción. ¿Cómo demonios viene eso de ti? ¿Y por qué no puedes ver que necesitas DEJAR que salga de ti? No lo contengas. Le estás haciendo un gran mal al mundo con tu modestia.

Sé que acepté no pedirte más, pero eso fue porque en realidad no esperaba conseguir lo que recibí. Necesito más. Dame, dame, dame."

Dejé escapar un enorme suspiro. Hasta este momento no me había dado cuenta exactamente de cuánto me importaba su opinión. No puedo mirarlo todavía. Sigo mirando mi teléfono por mucho más tiempo de lo que me lleva leer el mensaje. Ni siquiera le respondo, porque todavía estoy disfrutando del cumplido. Si hubiera dicho que le encantó, habría aceptado su opinión con alivio y habría seguido adelante. Pero las palabras que acababa de escribirme son como escaleras apiladas una encima de la otra, y cada cumplido son como yo subiendo cada paso hasta llegar a la cima del maldito mundo.

Fine [HyunMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora