Se supone que una historia de amor comienza con una mirada dulce, con una sonrisa deslumbrante o al menos con un choque accidental. ¿Cierto? Así es como funcionan las jodidas comedias románticas. Chico golpea accidentalmente a chica, chica le sonríe...
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—¿A caso hay una princesa escondida por aquí…?—la inconfundible voz de Noah llenó el aire. Belenn cubrió su boca con ambas manos tratando de no echarse a reír. Jugar a las escondidillas era la actividad favorita para hacer con los gemelos. Ella siempre ganaba, aunque estaba muy segura que ellos siempre se dejaban ganar con tal de verla feliz.
Lucah y Noah siempre habían sido protectores con ella, siempre la han cuidado y aunque a veces ellos mismos eran los responsables de su llanto descontrolado, eran ellos mismos quien más la cuidaban y protegían.
—¿La encontraste?—preguntó Lucah. Bel se rio en voz baja y negó lentamente sin despegar sus ojos –esa linda mezcla entre verde y miel- de las puertas dobles del armario.
—No.—negó el chico.—Déjame preguntarlo una vez más.—anunció.—¿A caso hay una princesa escondida por aquí…?
—No.—respondió ella.
Las puertas se abrieron y un grito de euforia escapó de la garganta de la niña seguido de una risa. Lucah se rio y la tomó entre sus brazos mientras ella se reía.
Era sólo un año menor que ellos pero la diferencia en sus estaturas era notoria, tan notoria que ella parecía al menos tres años menor que ellos.
—¡Estás aquí!—se rió él.
—¡Eso es trampa!—exclamó entornando sus ojos. Lucah se echó a reír dejándola cuidadosamente sobre el suelo alfombrado.
—No es verdad, Bel.—decidió.
—Claro que sí.—replicó.
—¿Adivina quién ha llegado?—la voz de Noah atrajo su atención.—Rachel.
—¿¡Rachel!?—exclamó ella. Noah asintió y antes de que pudiese decir cualquier cosa, la niña se liberó de los brazos de Lucah y se echó a correr fuera de la habitación.
Los latidos de su corazón aumentaron con cada paso que daba y cuando finalmente bajo las escaleras y fue capaz de escuchar la risa de su abuela, una amplia sonrisa se abrió paso en sus labios. Rachel en la vida de Lucah, Noah y Belenn siempre había sido un ángel. El ángel más divertido que había pisado la Tierra alguna vez.
—¡Bel!—la voz de la mujer la sacó de sus pensamientos. La niña se echó a reír antes de correr hacia ella y se recibida con un gran abrazo que la hizo estremecer. Porque si había alguien en el mundo que daba los mejores abrazos, esa era Rachel.
—¡Abú!—respondió.
—Mi amor, pero si has crecido tanto desde la última vez que te vi…—le informó sin dejar de mirarla directamente a los ojos.—y estás mucho más preciosa también…
—Yo…—comenzó y luego negó.—¿quieres que te enseñe la nueva ropa que he hecho para Dupi y Lupi?—cuestionó con ojos iluminados.—Noah dice que es bonita…
