La 𝗲́𝗽𝗼𝗰𝗮 de celo es la más importante entre los monstruos y, sin embargo es 𝗼𝗱𝗶𝗮𝗱𝗮 por algunos de ellos. Pero eso no quiere decir que la dejen de lado.
Es 𝗻𝗲𝗰𝗲𝘀𝗮𝗿𝗶𝗮 para ir dejando nuevas generaciones y que la 𝗿𝗮𝘇𝗮 perdure h...
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Por cada paso que daba en los pasillos de la Universidad sentía las miradas sobre mí, aunque eso no era verdad. Me estaba convirtiendo en una paranoica y eso me está consumiendo en ansiedad masiva; me sentía observada aunque todos los estudiantes estuvieran en sus cosas.
Eso, hasta que Frisk apareció entre un pequeño grupito de personas, observando entusiastas y de unas buenas vibras.
"Si tan solo supiera sobre la propuesta de Papyrus"
En todo lo que mi arrepentimiento se adueñaba en mi ser, Frisk se acercó a mí y me tomó de los brazos y me sonrió ilusionada.
⸻¿Lista para las clases?
Siendo sincera no, no estaba lista.
⸻Claro, serán clases normales como todos los días. ⸻Le dije de mala gana.
Ella se rió un poco y de la mano me llevó hasta su grupito; ellos me caen de mala leche y el sentimiento era mutuo, y no era solo porque estaban con mi mejor amiga. No, nada que ver. Ellos eran unos malditos doble cara, y el enojo de solo estar con unos hipócritas me detuvo y con frustración la miré.
⸻Perdóname amiga, pero debo ir temprano a mi clase. No quiero que se enoje mi profesor. Ya sabes, mi facultad queda lejos.
Ella lo entendió y con algo de tristeza me dejó ir y se despidió de mí con un beso en la mejilla.
No quería iniciar con problemas (más de los que ya tenía); sabía que aquellos "amigos" son los más chismosos de la Universidad, los "populares" pero esa popularidad fue ganada por las dobles caras que pueden llegar hacer.
Mientras me alejaba de esas personas malignas, sentía sus asesinas miradas en mi nuca, sin embargo, simplemente levanté mi mano y les enseñé el dedo sin mirar atrás, pues sabía que iban a tirar más veneno si les daba el gusto de hazaña de molestarme.
Pues llegué justo a tiempo, justo cuando tocaron iba entrando, pero nadie se había dado cuenta por el simple hecho que estaban murmurando que ahora vendría el profesor a la facultad. Dudo mucho que haya venido ahora, siendo sincera preferiría que no venga a esta prestigiosa Universidad.
Pero ¡Oh, sorpresa! Si vino el desgraciado.
Su sonrisa la mantenía, sus ropas eran las mismas y ni hablar de sus pantuflas rosadas. Ese esqueleto no tenía nada de profesionalismo en cuanto a la presentación ante sus alumnos.
Sabía que era demasiado flojo para esto.
⸻Que extraño, los doctores suelen venir antes que todos nosotros. ⸻Susurro alguien de al fondo.
Y es verdad.
⸻Concuerdo contigo, Sarah.
¡Yo también concuerdo!
En todo caso no dije nada. Simplemente estaba concentrada en mi mundo de estudios hasta que mi compañero de al lado tocó mi hombro.
Lo miré con la expresión más enojada que tenía, y lo miré de arriba hacia abajo.
