Capítulo 32 "Los Dulces 15 Años"

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Hola queridas lectoras, les comento que me pueden encontrar en instagram como @liz.valk666 ahí subo avances, información y demás cosas relacionadas con mis historias.

Sin más que decir, que tengan una excelente noche, y que disfruten su lectura.

PASADO

Estoy muy feliz, mañana será mi cumpleaños, quince años, tendré una fiesta y un hermoso vestido, aunque lo que realmente me emociona es que Abel estará ahí, quiero lucir perfecta, quiero que mañana sea el día en que pueda confesarle lo que siento por él.

—Aileen —Grita mi madre desde abajo— Abel ya está aquí.

—Ahora bajo —Respondo mientras termino de ponerme el perfume de violeta que siempre uso y tomo mi mochila para ir a la escuela, es viernes, último día de clases—.

—Hija, no olvides, sales del instituto y vienes ¿De acuerdo?

—Sí mamá.

—No se preocupe, señora, yo la traeré.

—Gracias Abel —Sonríe y nos despedimos antes de salir con rumbo al instituto—.

—Dame tu mochila Aileen, yo te ayudaré —Se ofrece mi dulce príncipe a pesar de llevar ya la suya y su tablero de dibujo—.

—Ya tienes mucho peso, Abel, yo la llevaré —Le digo y él me sonríe mientras sus hermosos ojos azules me miran a través de esos lentes que le dan ese aspecto tan dulce y tierno que tanto me gusta—.

—Yo puedo —Insiste y toma mi mochila ofreciéndome su brazo para que camine junto a él, es algo que hace siempre y que me gusta, caminar de su brazo y conversar de mil cosas mientras vamos al instituto—.

—Abel, vendrás a mi fiesta mañana ¿Verdad?

—Por supuesto, no me la perdería.

—Tú serás mi caballero en la fiesta.

— ¿Yo? —Me mira emocionado—.

—Sí, quiero bailar contigo mi vals.

—Me encantará hacerlo, aunque no soy muy bueno bailando.

—Yo tampoco —Le confieso—.

Llegamos al instituto e ingresamos al salón para empezar clases, tenemos examen de física, la materia que más me cuesta y aunque logró resolver varios ejercicios los de la última hoja pueden conmigo, el profesor sale del salón y todos empieza a buscar la forma de copiar, incluyéndome, aunque al final es Abel quién me ayuda y me da su examen ya resuelto para intercambiarlo.

—Ponle tu nombre Aileen —Dice— yo resolveré este y le pondré mi nombre.

—Gracias —Le guiño un ojo y vuelvo a fingir que escribo o borro algo en la hoja para que el profesor no sospeche, nuestro plan ha resultado un completo éxito—.

A las doce y luego de unas cuantas clases nos dirigimos a la cafetería del instituto para almorzar, pero pronto nos vemos rodeados por Robert, Layla y su grupito.

—Pero miren nada más, la dama y el vagabundo haciendo su aparición —Molesta Robert cerrándonos el paso—.

—Déjanos en paz, Robert —Le contesto molesta—.

—La dulce Aileen como siempre defendiendo al vagabundo ¿Cómo puedes andar con él?

—Si Aileen —Apoya Layla— si yo fuera tú sentiría vergüenza de andar con alguien como él.

— ¿Alguien cómo él? —La encaro— vergüenza me dan ustedes ¿Es qué acaso no tienen nada mejor que hacer que molestarnos?

—Aileen quiere Abel —Grita Jord molestando mientras toma mi mentón y lo sacude—.

—Déjala en paz —Interviene Abel empujándolo y parándose frente a mí— si vuelves a tocarla voy a golpearte.

—Uy qué miedo —Se mofa—.

—Deberías, la gente de su clase tiene malas mañas, solo mira a su madre —Lo provoca Robert—.

—Con mi madre no te metas, —Responde Abel con la clara intención de pegarle, pero yo me pongo en medio—.

—No lo vale Abel, ahora quítate o te acusaré con el director.

—Por favor Aileen, solo estamos jugando un rato.

—Sabes Robert, entiendo tu frustración, de nada sirve tener dinero cuando les interesas poco o nada a tus padres, tal vez Abel venga de un hogar humilde, pero al menos es querido por su madre.

— ¿Quién más lo va a querer? —Contesta Layla— su padre no lo quiso.

— ¿Y él tuyo a ti sí? Porque ni siquiera fue a tu fiesta de cumpleaños ¿De qué te sirve un padre si siempre está ausente en tu vida? De nada vale que vivan rodeados de lujos cuando sus vidas son tan vacías, ven Abel —Lo tomo de la mano y me abro paso entre ellos sin darles tiempo a replicar mis palabras—.

Las clases terminan y tal cual lo prometió, mi dulce príncipe me lleva a casa y vemos una película mientras pido una pizza, pero al final el sueño termina por dominarme y aunque mi sueño es algo profundo puedo notar como Abel me carga en sus brazos y me deja arropada en mi cama.

Al siguiente día no necesito que nadie me despierte, mi emoción es tal que me levanto y corro al baño a ducharme, quiero verme bonita hoy.

—Hija tranquila, aún queda tiempo suficiente para arreglarte.

—Quiero estar lista para cuando Abel llegue.

— ¿Qué?

—Quiero estar lista para cuando los invitados lleguen —Corrijo—.

—No tienes que fingir conmigo Aileen, soy tu mamá y te conozco, sé que sientes algo más que amistad hacia ese jovencito ¿No es así?

—Sí, mamá ¿Eso está mal? Es que quiero decírselo hoy.

—No está mal, siempre y cuando sea mutuo.

— ¿Mutuo?

—Ustedes han sido amigos desde niños, es normal que te guste, pero ¿Sabes si tú le gustas? Aileen —Besa mi frente— eres muy joven, ya habrá tiempo para que vivas tu etapa de enamoramiento, por ahora disfruta de la vida y de la amistad que Abel te brinda ¿Sí?

—Sí, mamá —La abrazó, tal vez tenga razón y no sea buena idea decirle nada a Abel, no quisiera perder su amistad por mis tonterías—.

A las dos en punto mis familiares y algunos amigos empiezan a llegar, aunque yo solo estoy pendiente en ver si Abel llega, y no tarda en hacerlo, lo veo llegar con un terno azul marino y su rubio cabello bien peinado, ha venido con su madre.

—Hija, ya están todos aquí, es hora de bajar.

—Sí, mamá —Respiro algo nerviosa y me apresuro a bajar por las escaleras, una melodía tocada suena de fondo y los invitados me reciben con aplausos, y ahí está mi hermoso príncipe acercándose a mí y extendiendo su mano para ayudarme a bajar—.

—Luces preciosa Aileen —Dice dándome un beso en la mejilla— pareces una princesa.

—Gracias —Trato de sonreír sin hacer notar mis nervios—.

—Sonrían chicos —Se acerca la mamá de Abel para tomarnos una foto antes de que la canción "Like I'm gonna lose you - Meghan Trainor Ft. John Legend" que he elegido para el vals empieza a sonar, y es ahí que abrazada a él, dejo que mi cuerpo siga su compás, sus ojos azules atrapan mi mirada haciendo que me prenda de él y aunque nuestros labios no dicen ni una sola palabra, el silencio se vuelve cómplice de un secreto que guardo, te amo mi dulce Abel—.









ABEL " El Lado Oscuro Del Placer"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora