Yanira Greymist
El gremio de cazadores, siempre dispuesto a ayudar dando caza a cualquier tipo de bestias que acechara contra la vida cotidiana, a veces incluso daban caza a los criminales que se refugiaban en los bosques. Para llegar a ser un cazador hay que pasar una prueba, no todo el mundo lo consigue a la primera ni mucho menos consiguen salir con vida de esta, sin embargo es un riesgo que se ha de tomar si quieres ese estilo de vida. Cuando alguien cumple los quince puede optar a realizar dicha prueba, si consigues superarla eres oficialmente un cazador y un residente más del gremio de cazadores, tu nuevo hogar.
—¿Estás segura? —Preguntó mi tía Cassandra.
—Sí, quiero ser igual que mi madre, ella llegó a ser una cazadora genial, ¿no es así? —Respondí mientras me colocaba bien el cinturón.
—Lo fue, de las mejores. —Cassandra me acarició la cabeza.— Sabes que si no... Si no llegases a pasar la prueba siempre tendrás un lugar en el Clero, nosotros también protegemos la ciudad, solo que de una forma distinta.
—Lo se, pero aquí es donde pertenezco, haré que madre se sienta orgullosa de mi.
—Estoy segura que ella lo estaría hicieras lo que hicieras. —Dijo Cassandra esbozando una enorme sonrisa mientras se agachaba a mi altura para abrazarme.
—¡Me haces daño! —Exclamé entre risas.
Al terminar de vestirme bajé al comedor, allí me esperaba nuevamente mi tía, vestía su gran armadura con mucho orgullo, esta vez no tenía su yelmo dejando ver así su corto cabello dorado. Parecía algo nerviosa, no dejaba de mirarme, podía sentir su preocupación. Sonreí ampliamente al llegar a ella y le enseñé la daga que mi madre me dejó para cuando llegara este día.
—¿No es bonita? —Le ofrecí la daga, sin embargo ella no la tomó.
—Te pareces mucho a tu madre, ¿Sabías? a tu edad ella tenía el mismo corte de pelo.
—¿Azabache y liso por los hombros? —Guardé la daga y me llevé la diestra al pelo.
—Sí. —Sin duda la mirada de Cassandra irradiaba tristeza, creo que sabía que podía pasar la prueba y dejaría esta casa, al igual que lo hizo su hija al entrar al Clero, a parte perdió a su madre y dos hermanas en estos últimos años, se quedaría sola con su padre.
—Vendré a visitarte de vez en cuando, lo sabes, ¿no?
—¿Estás asumiendo que vas a pasar ya la prueba? —Golpeó mi brazo suavemente con su puño soltando una leve risilla.
Tras un par de horas de viaje en el carruaje al fin llegamos al gremio de cazadores, casi era de noche. Cassandra no podía entrar, solo los aspirantes, me despedí de ella con un enorme abrazo y salí del carruaje. El edificio del gremio era enorme al igual que la finca donde estaba, más de lo que me imaginaba de hecho. Caminé hasta la entrada del edificio y esperé junto a los demás aspirantes, algunos parecían tener mi edad, otros eran mayores, incluso adultos con unas miradas de superioridad, yo estaría avergonzada de no haber logrado entrar hasta llegar a mi adultez, no se por qué se creen superiores a nosotros.
La enorme puerta de la sede se abrió de par en par, una mujer salió de esta, cabello corto y reluciente como el sol, tenía un hermoso parche en su ojo izquierdo; se paró frente a nosotros para observarnos con su único ojo.
—Quiero que partáis al bosque, forméis parejas y me traigáis la oreja derecha de un lobo de medianoche antes del amanecer. —Fue lo único que dijo, se dio la vuelta y entró al edificio.
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Crónicas de Atnam [1ra Parte]
خيال (فانتازيا)Atnam es una ciudad que guarda muchas historias, sin embargo, el foco principal ahora mismo lo sostiene una joven aspirante a cazadora la cual se enfrentará a diversos peligros que atentarán contra su vida y la de su nuevo compañero Jay. Durante su...