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Francia:
Había llegado a casa hace media hora, encontré una nota en la nevera donde tía Eva me informaba que había tenido que salir de la ciudad de emergencia, pues la mamá de Ryan estaba en el hospital y que Emma se encontraba en casa de una amiga de la escuela y lo más probable era que llegara más tarde.
Seguía en la misma posición desde que llegue, recostada en mi cama mirando al techo con mis demonios atormentándome.
Estaba cansada, literalmente cansada, quería dormir pero no podía, apenas cerraba los ojos los gritos se hacían presente, las voces que me decían lo culpable que era cada vez más fuerte.
—¿por qué es tan difícil para ti aceptarlo Francia?— la voz de papá llego a mi cabeza, recordaba esa conversación a la perfección —es tu hermano—
—Él no es mi hermano— respondí entre dientes
Eso fue lo que desencadenó todo, e hizo que terminara asesinando a mi familia.
—feliz cumpleaños cariño— la voz de mi madre llegó a mis oídos al igual que las imágenes del recuerdo
Cerré los ojos y sacudí la cabeza, no quería volver a vivirlo, solo quería estar tranquila por un minuto.
Me puse de pie y fui al baño de mi habitación, me miré al espejo y lo único que pude sentir fue asco, repulsión hacia mi misma.
Mi aspecto era desastroso, debajo de mis ojos tenía unas ojeras que parecía que nunca había dormido, y esa era la verdad, no recuerdo la última vez que dormí más de 4 horas. Mis labios estaban resecos y agrietados, mis ojos ya no tenían ese brillo que mamá siempre decía que le encantaban.
—eres especial Francia, nunca lo olvides— la voz de mamá sonó en mi oído, como si la tuviera al lado susurrándome.
Instintivamente cerré mis ojos.
—cuando acabes la escuela, vendrás a la universidad de Nueva York con nosotros, papá y mamá tomarán sus merecidas vacaciones en Hawaï y nosotros tendremos la vida de universitarios que tanto soñamos— recordé las palabras de Paris
—para eso falta mucho, ustedes este año acaban la escuela, y a mi todavía me faltan dos años, no creo poder aguantar ese infierno sin ustedes—
—tranquila Fran, el tiempo pasa rápido y verás que en un abrir y cerrar de ojos obtendrás la beca para Nueva York al igual que nosotros—
No podía más, les había arrebatado a mis hermanos la posibilidad de cumplir sus sueños, les había costado conseguir esas becas para Nueva York y yo se las arrebate.
Abrí los ojos de golpe
Odiaba a quien estaba delante de mi, me odiaba.
A lo lejos divise las tijeras, en un arranque de ira las tome con brusquedad. Las sostuve y analice con determinación.
