Extra #2

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Andy


Nunca supe lo que era el amor.

Ni siquiera siento una pizca de afecto, no siento empatía, tal vez ni siquiera quise realmente a mis padres, o eso es lo que he llegado a pensar.

No me consideré nunca un niño normal, me gustaba ver sufrir a las personas, disfrutaba de verlos llorar, de verlos lastimarse. Incluso, recuerdo que una vez en el patio de la escuela a donde asistía, una tonta niña rubia se había caído de unos de los columpios, raspándose las rodillas de una forma tan dolorosa en la que su llanto fueron música para mis oídos.

Supe que había algo malo en mí cuando escucharla chillar de esa manera, lo único que provocó fue que sonriera un poco, mientras que no paraba de ver la sangre deslizarse por sus frágiles rodillas.

Entonces me pregunté, ¿Cómo se sentiría si fuese yo quien la hubiese empujado del columpio? ¿Qué se sentiría si fuese yo quien le hubiera provocado cierto dolor?

¿Qué se siente hacerle daño a una persona?

Mejor aún, ¿Por qué un niño se hacía esas preguntas?

Solamente alguien que había nacido con demencia. Pero yo no lo llamaría de esa forma, yo lo llamaría placer.

Recuerdo que ese día llegué a casa, mamá estaba en la cocina preparando el almuerzo; un delicioso pollo al horno. Mientras que padre se encontraba en el comedor leyendo uno de esos aburridos periódicos, mismo que bajó en cuanto las puertas fueron abiertas, y sus orbes se cruzaron con los míos. Su sonrisa se extendió, mostrando esos dientes que realmente se veían fuertes.

-Andy, ¿Qué tal te ha ido hoy? -A pesar de que se esforzaba por fingir que estaba bien, era realmente pésimo mintiendo. Mientras que mamá se la pasa metida en la cocina todo el tiempo, tratando de distraerse para no volver a sentir ese dolor en el corazón de haber perdido a su bebé.

Sí, ella antes estaba embarazada. Sólo tropezó bajando las escaleras, y por supuesto, tuvo un aborto.

Desde entonces, las cosas han cambiado mucho.

Papá sólo se la pasa leyendo o viendo la TV, mientras que madre, como ya dije, se encuentra siempre en la cocina haciendo cualquier tipo de postre o comida, todas le quedan deliciosas, incluso esos inventos raros que se le ocurren.

Supongo que para ellos es muy doloroso perder a tu segundo hijo, o mejor dicho, a la niña que por fin deseaban tener. Mamá tiene complicaciones con salir embarazada, por suerte me tuvo a mí, y, años después, tuvo de nuevo la suerte o «el milagro», como ella lo llamaba, de tener a su siguiente bebé, una preciosa niña cuyo nombre sería TN.

Pero gracias al accidente, aparte de que la perdió, también perdió toda esperanza de volver a tener un bebé, ya que, quedó completamente estéril.

Así que sí, mientras que ellos la pasaban mal, ese día me sorprendí de que no me afectara en lo absoluto que mamá había perdido a la que sería mi hermanita.

Luego de una falsa charla emotiva por saber cómo me fue en la escuela y las felicitaciones por ser un excelente estudiante siendo yo tan pequeño, corrí escaleras arriba directo a mi habitación, en busca de aquello de lo que tanto quería experimentar.

Causarle dolor físico a alguien más.

En esta primera vez quería comenzar con algo pequeño. Así que, tras cerrar detrás de mí la puerta de mi habitación, fijé la mirada en el gato que reposaba sobre la cama individual, ese era Micky, un gato muy peludo y de color gris que mi madre me había regalado para que tuviera compañía y con quién jugar en esta enorme casa.

Mi Error (Jeff The Killer Y Tú) ~Terminada~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora