Mi Error (Jeff The Killer Y Tú) ~Terminada~

Capítulo 2

Bueno, desde ese día comprendí el hecho de que el tiempo es oro, el tiempo no regresa... no todas las promesas se cumplen y siempre hay que decir "te quiero" a las personas que nos importan porque uno nunca sabe cuándo será la última vez.

Aparté el lápiz de la página en la que escribía, sé que suele ser inmaduro escribir en un diario pero es lo único en lo que me puedo entretener y desahogar todo lo que acumulo en mi pecho, cerré el diario y lo coloqué encima de la almohada, no me preocupa que lo lean ya que vivo sola y mi hermano no vive conmigo.

Y ahora que lo pienso mejor... de pequeña debí irme a vivir con mi hermano, pero como perdí toda comunicación con él no quise molestarlo. Tomé un suspiro y me levanté de la cama, justo cuando ya había sonado la alarma... sí, no pude dormir nada así que preferí escribir cuando sólo me faltaba un par de minutos para que sonara la alarma. Tomé mi toalla y caminé hasta el baño, ya la puerta estaba abierta así que no tenía por qué abrir nada, y a pesar de saber que tengo tanta soledad en esta casa aún así cerré la puerta, es una estúpida costumbre que no se me va a quitar jamás. Al acercarme al espejo tomé mi cepillo de dientes y mi crema dental para lavar mi boca y después tener que ducharme.

El agua estaba helada, pero ya el frío de ésta no me hacía efecto, no sé si era porque siempre estaba ida en mis pensamientos o simplemente porque acostumbro a bañarme en las mañanas con agua fría, dejé que esta misma se deslizara velozmente por todo mi cuerpo desnudo mientras tenía ambas manos en mi cabello para masajearlo.

•••

Escogí unos jeans negros, unas vans blancas y un suéter de color salmón, el cabello lo dejé suelto, las ondas caían como cascada hasta mi espalda, no lo tenía ni tan largo ni tan corto, y era del color del cabello de mi padre; castaño claro. Me observaba de pies a cabeza en el espejo de cuerpo completo, ya veo la razón por la que papá me decía mucho que me parecía a mamá, tengo su mismo rostro y su color de ojos, dejé el cepillo en la pequeña mesita que estaba al lado del espejo y tomé mi bolso que estaba colgado en un perchero de la pared, no hacía falta meter los cuadernos que correspondían ya que eso siempre lo hacía antes de irme a dormir.

Bajé las escaleras y fui hasta la cocina a preparar un desayuno rápido, sólo haría pan tostado y un jugo que tenía guardado, preparé tres panes con jamón y queso... como demasiado, así que eso significa que me como más que tres panes, pero sólo llevaré tres. Los metí en una bolsa y el jugo lo guardé, tomé las llaves de la casa y antes de salir le eché un último vistazo a ésta y observé el comedor que ya nadie ocupaba, las sillas  estaban perfectamente acomodadas, ya no habían dos cariñosos padres despidiéndose de mí y deseándome un buen día. Antes de comenzar a torturarme con los recuerdos me di rápido la vuelta y cerré la puerta detrás de mí, volví a girar hasta la puerta para cerrarla y fui a la estación de buses, el último asiento siempre me llama a gritos.

Le prometí a papá desde la tumba que mantendría mis buenas calificaciones como siempre, trataría de no comportarme rebelde y faltar a clases, sería siempre la misma niña de antes aunque ahora no lo sea para nada, le prometí que... no me dejaría vencer.

•••

-Buenos días jóvenes, por favor tomen asiento que la clase ya comenzó. -La profesora que yo más adoro ya había entrado a clase, por favor, nótese el sarcasmo. Antes de cruzar mirada con ella fui casi corriendo a uno de los asientos que ya quedaban libres y como era de esperarse Thomas se había sentado a mi lado.

-Hola muñeca. -Sonrió ampliamente, esa estúpida sonrisa podría funcionar con cualquiera pero no funcionaba conmigo, Thomas es muy lindo y todo lo demás pero yo no iba a caer en su juego, aún me parece absurdo que yo no sea muy popular en esta institución y él aún no se rinda conmigo. Lo miré un poco seria y forcé una pequeña sonrisa, y sí... Thomas es el típico chico popular de las que todas mueren, pero la diferencia aquí es que él tiene un buen corazón, es muy amable pero suele ser presumido e irritante.