New Life

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Harry sintió que algo le hacía cosquillas en la mano y frunció el ceño, abrazando más fuerte a su omega mientras entreabría los ojos, preguntándose qué sería aquella molestia. Era imposible de ignorarla.

"Oh, eres tú", murmuró, mirando fijamente al colosal We-Ota, quien evidentemente se había mudado a su casa en algún momento de la noche, pues se había traído todas las cosas de Louis y las había dejado tiradas por todo el suelo.

Así que el conejo era bastante inteligente.

Cerró los ojos y continuó disfrutando del maravilloso dolor posterior a su unión de almas, sintiéndose absolutamente a salvo de cualquier cosa que pudiera salir mal. Su alma podía percibir el actual estado de satisfacción de Louis, al igual que sus propias sensaciones, las cuales correspondían a ese mismo deleite. Todavía estaba aturdido por la capacidad de sentir otra presencia en su mente con tanta claridad. Aquello eclipsaba cualquier cosa que un lobo no enlazado pudiera imaginar.

Y eso era impresionante. Porque como lobos, su cultura rodeaba este concepto de lazos de alma desde todos los ángulos—esta conexión era la mismísima cúspide de lo que significaba ser un lobo en este mundo. Era lo más sagrado que alguien podría hacer en su vida, así como la mayor felicidad que podría sentir. Y, sin embargo, nadie que no se hubiera aventurado en este territorio espiritual sería capaz de entenderlo desde una perspectiva ajena.

Los lazos de alma eran tan frecuentes en su manada —los había presenciado durante toda su vida—, pero nunca había podido comprender lo trascendentales y profundos que eran. Verlo de cerca y experimentarlo de verdad son dos perspectivas que nunca podrían compararse; son simplemente mundos aparte. 

En medio de sus pensamientos, su omega empezó a moverse sobre él, y sus gemidos de incomodidad hicieron que Harry le sobara el cuerpo de manera anticipada. Sabía que los estragos físicos de su omega serían más dolorosos que los de él, ya que como alfa, su capacidad de curación era más rápida; sin embargo, haría todo lo que estuviera a su alcance para ayudarlo. Precisamente para eso existía.

"¿Estamos muertos?", preguntó Louis, con la voz pesada por el sueño.

Harry soltó un suspiro, esbozando una gran sonrisa mientras abrazaba a su omega por un momento, esperando que no le doliera. "Más bien es como si estuviéramos vivos por primera vez".

Podía sentir la risa de Louis desencadenarse sobre su pecho. "¿Acaso estoy oliendo a We-Ota?", preguntó de repente, moviéndose con intermitentes chillidos de dolor para intentar mirar detrás de él, donde el conejo estaba acurrucado en las sábanas.

"Está aquí", confirmó Harry, sonriendo al ver el cansado rostro de sorpresa de Louis cuando por fin lo divisó.

"¿Cómo es que ha crecido tanto?"

Harry parpadeó. "¿No fue siempre grande?"

"Sí, pero... ", respondió Louis, mirando a su conejo y luego negando con la cabeza, aparentemente renunciando a seguir esa idea. "Dioses, me duele todo", dijo, desplomándose de nuevo sobre el pecho de Harry y buscando su glándula aromática. Una glándula que había marcado impresionantemente la noche anterior.

"Hicimos sufrir mucho a tu cuerpo", respondió Harry, trazando círculos profundos en los músculos de la espalda y las caderas de Louis. "¿Puedo hacer algo por ti?"

"Existir", murmuró mientras aplastaba su cara en el cuello de Harry.

Harry se rio, y antes de que le dijera que sin duda podía hacerlo, Louis añadió algo a sus palabras.

"Solo no te vayas. No salgas de este tipi para nada durante al menos un día más", comentó Louis sonando tranquilo, pero Harry sabía que hablaba muy en serio, así que él no se movería de aquí.

Only You Can Be My Alpha || L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora