Got You

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Louis estaba de pie fuera de la casona de entrenamiento, justo donde había estado la noche anterior, listo pero algo nervioso para comenzar su primer día con los alfas de la manada. Haría una breve sesión matutina de entrenamiento y luego iría con un equipo a patrullar, como le había explicado Zayn cuando había asomado la cabeza en su casa esta mañana.

No podía dejar de pensar en la noche anterior; en cómo él y Harry habían terminado con su buena relación en un instante en este mismo edificio. Se había mostrado fuerte en ese momento, pero había llorado nada más llegar a casa. No podía entender por qué estaba tan molesto—por qué ansiaba tanto la validación y aceptación de Harry. Todo era nuevo para él, y era abismal.

Por desgracia, quedarse aquí lamentándose de las cosas que podría haber hecho o dicho de otra manera no le llevaría a ninguna parte, y tarde o temprano iba a tener que enfrentarse a todos estos nuevos alfas, así que colocó la vaina de su espada en su hombro, levantó la barbilla y entró en la casona, asegurándose de que su entrada a través de las puertas fuera ruidosa para atraer toda la atención de la sala. Un juego de poder en su máxima expresión—era lo último que haría un omega.

Fiel a sus suposiciones, todos los alfas presentes giraron la cabeza y lo miraron con atención. Ninguno de ellos parecía totalmente desconcertado, lo que significaba que todos habían sido informados de su asistencia, pero lo contemplaban con un tipo de sorpresa diferente. Una que decía que realmente les costaba creer lo que estaban viendo a pesar de tener la realidad delante de ellos.

Él no dijo nada ni miró a nadie durante un largo tiempo, solo desenfundó a Chatan y se dirigió directamente a uno de los maniquíes de combate para practicar sus técnicas hasta que llegara Chibs. Todavía no lo conocía, pero por lo que había oído ayer de Jackson, era el tipo de alfa que Louis apreciaba; Chibs se apartaba de las normas y rompía los estándares de conducta.

Menos mal que nadie lo molestó mientras practicaba, sin embargo definitivamente había captado unas cuantas miradas de aprobación entre los presentes, así que consideró ambas situaciones como una victoria.

Luego de un largo rato de entrenar, comenzó a sudar a mares por tanto esfuerzo físico. Por otra parte, el salón había recuperado la normalidad, ya que los otros alfas también estaban perfeccionando sus técnicas. Pero momentos después, Louis se detuvo cuando olió a alguien entrando con el aroma de Jackson mezclado con el suyo. Tenía que ser Chibs.

"Hola, Chibs", respondió Katniss, quien estaba cerca a la puerta.

Bueno, eso responde a mi duda.

Louis tuvo que hacerse a un lado para ver entre algunos de estos alfas que parecían árboles, pero cuando por fin consiguió un espacio, se quedó en su sitio, observando a Chibs entrando al lugar e inspeccionándolo de arriba a abajo.

Era de complexión media, tenía el cabello gris oscuro que se ondulaba a la altura de las orejas e incluso tenía mechones más largos en la parte delantera que le enmarcaban la cara, así como dos líneas diagonales de muy marcadas cicatrices a lo largo de ambas mejillas, probablemente hechas durante la guerra. Louis no podía pensar en ninguna otra razón para que alguien tuviera cicatrices tan profundas en la cara, aparte de una guerra.

Sabía, por lo que Jackson le había contado, que era cariñoso por naturaleza, pero Louis no podía negar que sus cicatrices le hacían intensamente inabordable. Quizá fuera una crueldad decir—que las cicatrices podían hacer a alguien más temible de lo necesario—pero era solo su opinión. En realidad no le tenía miedo. Así que, para contrarrestar aún más sus pensamientos, una alegre voz inundó entonces el salón.

"Se ven muy bien esta mañana".

Los alfas respondieron al mismo tiempo como una cacofonía mientras que Louis se mantuvo callado, encontrándose con la mirada de Chibs y negándose a apartar la vista.

Only You Can Be My Alpha || L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora