❝Capítulo 23: Hazlo cuando quieras❞

1K 94 40
                                    

—Las toallas están a un lado de la bañera. Por favor no demores mucho, Soo —su voz fue dulce, aunque con un toque de picardía.

Apenas llegamos a su hogar luego de haber tomado el transporte público, no atiné a hacer nada más que pedirle si podía tomar una ducha. No estaba tan segura de lo que pasaría... pero quería sentirme limpia por cualquier cosa.

Dejé mis cosas a un lado mientras comenzaba a desnudarme. Hacía un poco de frío, pero sentía mi cuerpo bastante caliente como para poder notarlo. Estaba nerviosa, no lo podía negar, pero estando junto a Jimin estaba segura de que nada malo podía suceder. Él por su parte debía estar tomando una ducha en el baño de sus padres (por el apuro, ya que nunca lo hacía ahí por respeto a la intimidad de sus progenitores). Teníamos una gran confianza, pero no la necesaria como para el punto de bañarnos juntos para ahorrar tiempo y agua.

Lavé con esmero las partes de mi cuerpo que consideraba como mayor prioridad. Estaba ciertamente intranquila porque la última vez que me había depilado había sido hacer un par de días (estaba medianamente preparada por cualquier cosa), por suerte y esta vez los vellos estaban tardando más en salir. Menos mal y había tratado otro método diferente al que había utilizado siempre. No me avergonzaba del todo no estar preparada totalmente, pero siempre me daba un poquito más de seguridad.

Que el resto de los animalitos me perdonaran por pensar en ellos en un momento así, pero por lo menos ellos no se preocupaban de lo peludo que su pareja estuviera al momento del coito. Los envidiaba por algo tan tonto, pero también me hacía pensar que no estaba del todo equivocada. ¿O acaso los animales también se preocupaban de cosas así y yo era la única boba por pensar que no?

Me eché agua en la cara para no seguir pensando en ello. ¿Quién pensaba en cosas así antes de, posiblemente, perder la virginidad? Estaba un poco tonta, lo admito, ¿pero que se le iba a hacer si así era yo? Los minutos pasaron bastante rápidos, hasta que me percaté de que ya estaba tardando mucho, por lo que me sequé con rapidez y ya vestida y lista me dirigí a la habitación de Jimin.

Él no estaba dentro, y lo único que había era una bolsa que contenía aparentemente una cajita de condones sobre la cama. Un poco extrañada me acerqué hasta tener la bolsa y la caja entre mis manos. Justo cuando la iba a examinar mi amigo apareció con una toalla en una de sus manos. Tenía una bella sonrisa en el rostro y yo por inercia sonreí de vuelta.

—¿Cierro la puerta? —Dejé la cajita donde estaba y asentí en su dirección.

—¿Para qué es eso? —pregunté curiosa. Él volvió a sonreír, guiñándome de paso un ojo.

—Es necesario para lo que quiero hacer. Pero no te preocupes —aclaró apresurado—, solo lo haremos si das tu consentimiento.

—Depende... —me hice a un lado, mientras él dejaba la tela sobre la cama. Me miró con una ceja enarcada— ¿Es una revancha digna de mi victoria?

—Si las cosas resultan bien, puede ser que sí. En cualquier caso si lo quieres descubrir solo debes aceptar y juzgar por ti misma.

Ya había hecho mucho como para echarme para atrás, aunque siempre había posibilidad de arrepentirme. Pero no me negué, yo quería que las cosas sucedieran. No sacaba nada con seguir negándolo y pensar fantasías de lo que podría pasar.

—Entonces ya tienes mi consentimiento —Me senté en la orilla de la cama, observándolo con una media sonrisa, dispuesta a lo que quisiera hacer—. Si cierras la puerta estaría más que perfecto.

Él ni siquiera chistó cuando ya estaba cerrando la puerta con seguro. Su cara de felicidad no podía ser más dichosa en aquel momento. Por estar viéndome se había desconcentrado y no lo había hecho cuando le había dicho que la cerrara la primera vez.

❥Íntimos amigos ⁀⋱‿ ♡▕Jɪmɪɲ▏⊰۝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora