Capítulo IX

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Al abrir los ojos veo una tela encima de mi cabeza, estoy mareada no recuerdo bien lo que paso intento moverme, pero no puedo, estoy atada a una silla, intenté soltarme, pero es imposible porque la cuerda está demasiado tensa. Por la tela se pueden ver puntos de luz pero no mucho más.

Oigo pasos—Está despierta—escucho a un hombre decir.

Los minutos pasan y yo sigo allí sentada llegando a ver gente pasar delante de mí.

—Así que aquí tenemos a la tan hablada Anissa Romans—Dice un hombre y veo que se acerca me quita la bolsa de tela y le veo.

Es el hombre que se peleó con Nathaniel, ojos verdes y cabello rubio, miro el alrededor y veo a muchos hombres armados alrededor de mí.

—¿Quién diablos eres?—él sonríe torcidamente mientras mira hacia otro lado.

—Ya habrás escuchado de mí, estoy seguro—no se a que se refiere simplemente le miró fijamente—Soy Jack… Jack Border.

Un escalofrío pasa por todo mi cuerpo, sabía quién era, él me llevaría al asesino de mamá.

—Tú ya sabes quién soy así que no tengo mucho que decirte—él camina hacia mí y se agacha para llegar a mi altura.

Su cara se acerca a mí, está a pocos centímetros, quiero que se aleje, pero sus ojos me tienen enganchada sin pensarlo le escupo.

Él se aleja y se limpia la cara con la mano, está enfadado lo veo en sus facciones.

—Tenemos cosas de las que hablar, Anissa—dice y se levanta, yo levanto la mirada para verle.

—No diré nada sin mi abogado presente—digo sarcásticamente.

Agarra mi mandíbula y se acerca a mí—En este mundo no hay abogados, Amore mio—noto su risa al decir ”amore mio”.

—¿De qué quieres hablar?—él sonríe victoriosamente.

—Puedo ayudarte a matar al asesino de tu madre, sin consecuencias—lo miró confusamente—Si siguieras con… Ese… Al final acabarías atrapada por la policía.

—¿Tú qué sabes sobre eso?

—Sé todo.

Aprendí una cosa trabajando en el psiquiátrico, todo lo que haces vale algo, simplemente levantarte por la mañana puede costarte la vida.

—Todo tiene un precio, y las consecuencias de matar a alguien es la cárcel y yo no mataré a nadie, simplemente quiero que pague las consecuencias.

—Eres muy aburrida—se gira para irse.

—¡Oye! ¿Y si me sueltas?

Él hace una señal y todos los hombres delante de mí se acercan a soltarme.

—Camina—le sigo por esa gran sala llena de ventana—¿Tienes hambre?—Al momento mi estómago suena, él me mira y se ríe.

Entramos a un gran comedor, con unos mayordomos creo que son.

—Dos platos—le dice al hombre que lleva un traje de mayordomo.

Me siento al lado de él.

No parece ser alguien malo, pero ver 5 armas apuntando mi cabeza no me hacía demasiada gracia así que intentaba hacer lo que tenía que hacer.

Nos ponen un plato de carne, parece de ternera con una salsa por encima.

Él hace una señal para comer, agarró un trozo de carne con el tenedor y lo pruebo.

—La comida de hoy es carne de ternera con salsa de frutos del bosque y melocotón—escupo la comida y me levanto al oír esa palabra.

Los hombres le quitan el seguro a su arma—¿Tienes un problema con escupir?—me dice ese chico delante de mí.

Efímero - [+18] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora