Capítulo XIV

11.8K 913 277
                                    

Llegamos a una mansión gigante, Sebastián no hace nada, subo detrás de él por las hermosas escaleras que me da miedo ensuciar—No salgas hasta que alguien venga a por tí—dice dejándome entrar a una habitación gigante llena de libros.

Asiento y me siento en esa cama, no puedo dejar de oír su voz—no llores—cuando Sebastián sale las lágrimas saltan y agité mi cabeza con desesperación por olvidar su voz.

—Para, para—susurro a mi misma.

Oigo un ruido, la ventana se abre y una mano aparece en ella la ventana se cae encima de la mano, tengo miedo no se quien es, veo los ojos de Jack abrir la ventana y a él entrando en ella.

Me levanto y le abrazo—¿Y tú collar?—toco mi pecho y no hay nada.

No respondo y simplemente bajo la mirada.

—¿Quieres que te bese?—me dice de la nada.

—¿Que?—algo de mí hace golpearlo y empujarlo.

—Lo siento, yo—agarro mi cabeza.

—Yo solo venía a decirte una cosa que tienes que aprender, sin dolor no hay victoria.

Él se acerca, da un beso a mi frente, y corre para saltar por la ventana, me acerco a la ventana, no hay nada…

El dolor se queda en mi interior, cualquier cosa me hace recordar y no quiero hacerlo, la rabia...

Entró al baño, quitó mi ropa no puedo verme, enciendo el grifo de la bañera y me sumergí lentamente mientras el agua iba subiendo, mi cabeza aún está fuera, me sumergí totalmente.

Me imaginaba volando en medio del océano, salgo del agua agitada, me estaba ahogando, mi piel está arrugada.

Salgo de allí y encuentro un conjunto de invierno, allí había frío.

—Ven—veo a Sebastián detrás de mí por el espejo.

Le sigo sin decir nada hasta una gran puerta en medio de la mansión.

Un gran tablero, ordenadores y demasiadas armas.

—¿Sabes pelear?—niego al momento—Posición—se pone en defensa.

Hago lo mismo, él se acerca levanta mi cintura y caderas, separa mis piernas y las flexiona.

—Pégame—lo hago pero él agarra mi brazo y me acerca a él atrapandome—Pensabas en solo pegarme y no en protegerte.

—¿Entonces qué hago?

—¿Sabes usar un arma?

—Pistolas.

—No, no—se acerca a un tablón lleno de navajas, cuchillos y más, saca una navaja de color rojo—Toma, un regalo.

Como girarla, como apuñalar, donde golpear para matar, donde golpear para noquear y dónde golpear para no matar, eso me enseñó toda la noche.

—Vete a dormir, que te caes—me dice.

Antes de salir veo un tablero lleno de fotos y hilos.

—¿Y esto?

—Investigación fallida—se acerca.

—¿Por qué?

—No me conocías para poder preguntarte.

—Ahora estoy aquí—él me mira antes de mirar al tablero de nuevo.

—Pero, ¿Qué paso en el FBI cuando mataron a tú padre? Cual fue la razón de su asesinato—dice el buscando algo en esa tabla.

Efímero - [+18] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora