Efímero - [+18] ©

Capítulo X

Lo veo irse y me visto con un pijama
que está en el armario, me siento en la cama, Nathaniel nunca me dijo que hacer en estos casos.

Aunque no estoy segura de si quiero quedarme con este tal Jack o con él.

Me tumbo en la cama, mi vida se ha convertido en una mierda y no puedo hacer nada para arreglarla, saber que mamá no murió por cáncer, y que papá era un asesino todo mi mundo rosa se cayó.

Ya es tarde para volver así que voy a seguir hasta el final,

(...)

Despierto por el sol en mi cara.

—Por fin despiertas—levante la mirada y lo veo allí sentado en ese pequeño sofá.

—¿Qué haces aquí?

—Echaba de menos verte dormir…—abro los ojos al oír sus palabras

—¿Ya lo has hecho antes?

—Tu seguramente pensabas que era él—se refería a Nathaniel.

Mi mente comienza a funcionar y recuerdo cuando alguien se tiro de mi ventana.

—¿Tu eras el que se tiró de la ventana esa vez?—él me mira.

—Por tu culpa me atraparon.

Esto me comienza a asustar—¿Que hacías allí?

—Quería ver la nueva presa de él.

—¿Presa?

—¿Crees que está enamorado de tí?—musita en una risa—Él no puede sentir.

Me quedo en silencio.

—Hay que enseñarte el plan—dice levantándose.

Se acerca a la puerta y se gira—¿Que haces que sigues en la cama?—se acerca a mí y me carga como un saco de patatas.

—¡Suéltame!—Pataleo y le doy con la rodilla en la cara.

Siento un golpe en mi trasero—¿Acabas de golpear mi trasero?

—Si te gustó puedo repetir.

Acepto ir así hasta ese lugar donde estuvimos ayer, me bajó y no puedo mirarle a la cara.

—Mira, iremos a Barcelona el día 26 pero antes el día 25 tendremos que ir a este club, donde tendremos que robar una tarjeta, su tarjeta del hotel y atacaremos primero a los coches que tienen la mayoría de seguridad, luego cambiaremos sus guardias por los míos y lo llevaremos aquí y le daremos alguna droga para atarlo, y si no quiere hablar...ya veremos en el momento.

—¿Y no me lo podrías explicado en la habitación?

—No.

—Necesito dormir—digo y me giré para irme.

—¿Conmigo?

—Amm, no.

—Te lo pensaste—Sonrió torcidamente.

—No

—Eres la primera mujer que me rechaza a la segunda.

—Me voy a dormir.

—No.

—Como que no.

—Nos vamos a pasear, si voy a secuestrarte, tendré que hacerlo bien.

(...)

Lo espero sentada en la habitación—¿Vas?—dice.

Me levanto y claramente planeo escaparme.