Why don't you love me? (Sukufushi)(GojoIta) (Omegaverse)

C7

Omnisciente

Yuuji tenía una sonrisa que ocultaba todos sus nervios y emoción, iba hacia la oficina de Gojo, realmente no sabía que esperarse de eso.

Sabe que su profesor le está jugando sucio, tiene las mismas respuestas que sus amigos sin embargo solo lo reprobó a él, era obvio que estaba mintiendo.

"¿Pero por qué me querría ver?"

Se preguntaba con pena de imaginarse la respuesta.
Que Megumi le intente proteger de Gojo no ayudaba mucho contra su curiosidad.

— Hola, profesor — saludó entrando a la oficina donde el peliblanco estaba en su escritorio.

Mismo que al ver a Yuuji sonrió ampliamente, esa sonrisa tan encantadora.

— ¡Itadori, buen día, toma asiento! — señaló a la silla frente al escritorio.

El omega sintió confianza al escucharlo hablar tan animado y alegre.

— ¡Me puede decir Yuuji! — se sonrojó — No me gusta que me confundan con mi hermano — en ese lugar todos pensaban cosas bastante cuestionables cuando se mencionaba "Itadori".

Gracias a Sukuna y su mala fama por cierto, tiene muy bien ganado el título de chico malo.

— Bueno, en ese caso esperemos que no tengas la misma actitud que él — levantó una ceja y Yuuji estaba como loco ya.

"¡¿Por qué mierda tiene que ser tan guapo y provocativo?!"

A veces parecía que Gojo ni lo intentaba, era sensual por naturaleza.

— No, yo soy un buen chico — por más que su hermano se metiera en problemas Yuuji no lo hacía.

Primero, Nanami lo tenía bien educado, igual intentó hacer que Sukuna fuese alguien más tranquilo y bien portado pero bueno, no lo logró.

La actitud fuerte de Sukuna viene en su sangre, simplemente así es.

— Mmh... ¿Un buen chico? — hizo una media sonrisa — Eso ya lo veremos — el omega abrió los ojos en grande.

Si el alfa continuaba así sus pantalones caerían por si solos.

— Profesor, ¿Yo de verdad reprobé? — cambió de tema para no ponerse más nervioso.

Y realmente le importaba eso, no es como que Nanami le fuese a tratar mal o castigar por su calificación, pero esa mirada de decepción era suficiente castigo.

— Tristemente si — dijo con una pena tan falsa.

— Mmh... — sabía que su profesor mentía y a la vez conocía sus intenciones.

No es como que le molestara la verdad, de hecho le daba más curiosidad — ¿Y entonces que puedo hacer? —

— Pues — levantó los hombros — puedo darte asesorías personales, aprenderás mejor y tú calificación aumentará considerablemente — el menor entrecerró los ojos.

Esperaba que Gojo fuese más directo.

Más bien, esperaba que le pidiera sexo oral o algo así.