Capitulo 4

122 24 7
                                    

En la mente de un peliblanco cortaba cada una de las extremidades del mexicano y el japonés que solo se ocultaban como topos aún arriba de esa monstruosa máquina que de la nada apareció.

-Tines exactamente un minuto para excusarte y salvar tu mugrosa existencia-

México trago un poco tranquilo ya que las palabras con veneno no eran dirigidas a el, si no al chico asiático que estaba a su lado.

-Cagaste Japón CA-GAS-TE- es evidente que México no dejará de hacer chistes ni en las peores crisis.

-¡Puedes callarte un rato!- grito/susurro el muy asustado Japón.

-Lo siento-

-¡Bajen de allí los dos! ¡¡Ahora!!- al escuchar tan estruendoso grito los dos bajaron de la máquina como pudieron, casi callendo en el intento. Los demás países se acercaron al salir de sus improvisados refugios para ver el regaño que se venía al igual que la máquina misteriosa.

-ONU antes de que me des OTRO castigo déjame explicarte- México con toda la tranquilidad del mundo se acercó a la organización con Japón detrás de el mirado por su hombro.

-Estoy esperando- al decir aquello cruzo sus barzos y arqueo una ceja.

-Mira es un tema delicado así que por favor hay que hablar en privado-

-¿Crees que tendrás privacidad después de eso?- ONU apunto a la máquina junto con los países que la tocaban sin importantes nada.

-Bueno bueno... Te diré pero promete no castigar a Japón-

-IMPOSIBLE-

-Entonces mi boca está sellada-

-Ah está bien pero será la última vez- dijo apuntando al japonés que seguía oculto atrás del moreno.

-Gracias- susurro al mexicano.

-Me debes una- igual le susurro

-¿Y bien? Habla ya- varios países se acercaron a escuchar la razón por la que la misteriosa máquina estaba presente.

-Bien.... Sabes que tengo problemas de memoria no?- el contrario asintió -Entonces podrás entenderme el que porque le pedí a Japón que ma ayudará a recuperar mis recuerdos, así que quedamos que después de esta junta llevaríamos acabó el plan-

Dicho eso varias personas sintieron el increíble deseo vomitar.

-Recuperar tus, ¿recuerdos?-

-¡Si! ¿¡No es increíble!? Está estúpida sensación dejara de joderme por fin, y todo gracias este mocoso- México galo al japonés y lo abrazo frenéticamente haciendo que el contrario se sonroje ya que el chico restregaba su rostro en su pecho con su nuevo olor a fresa.

-No puedo creer que no me hablaran de esto-

-Onu con todo respeto, no eres mi madre para andar entrometido en mi vida, yo firme un contrato donde tú solo eres mi superior en cuanto a lo político, y eso nadamás en el tema de mantener le orden con los países del mundo-

El lugar quedó en un incómodo silencio luego de las palabras dichas por el latino.

-Sabes que, tienes razón, lánzate de un puente si así lo quieres, pero está cosa está en propiedad privada, así que cualquier cosa que quieras hacer con ella me lo dirás ¿entendiste?-

-¡¿Maldita sea ONU porque diablos tienes razón?!-

-Fui creado para tener la razón- dejo a México jalándose las greñas, de su saco saco su celular y pulso el número de un contacto -FBI necesito que vengas, trae a los otros tres- la pequeña plática acabo -¡Muy bien damas y caballeros necesito que desalojen la sala, se les llamará después para informarles sobre el asunto, por ahora vallan a descansar- ordenó a los embajadores que no quisieron saber más sobre los estúpidos problemas de los países y se fueron -Japón explícame como funciona este artefacto- ONU comenzó a analizar la máquina.

México Mi AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora