Capítulo 13 La caída del Rey Demonio

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Capitulo único.

Estaba llegando a Hong Kong y al menos ahí había sido más discreta mi llegada, no habían cerrado el aeropuerto, pero habían saco a mi personal por una puerta para gente común y a mí me habían subido a una camioneta blindada junto a Tristán y otros dos de los hombres de confianza que tenía mi marido, al parecer eran los que manejaban a los otros, ya que se veían más serios y peligrosos que los demás.

El camino era silencioso y de cierta manera incómodo, ya que ellos me veían con mucha intensidad, para tratar de disimular mi incomodidad decidí fingir que dormía y así que cerré los ojos y empecé a imaginar todas las formas en las cuales podía usar la hierba que había comprado, pero todas se veían tan lejanas y entonces recordé la mirada de la mujer de la tienda que me había dicho que matar no era la solución a mis problemas, pero supongo que en casos tan extremos como el mío podía hacerse una excepción.

- Joven Amo, hemos llegado – Tristán me movió de manera delicada y empecé a bajar del auto, estábamos en un hotel que se podía ver lujoso, pero no era tan grande como los que anteriormente había visitado, al parecer mi estancia aquí iba a ser menos llamativa que en cualquier otro lado.

- ¿Dónde está mi esposo? – le pregunté al guardaespaldas más viejo que estaba conmigo.

- Se encuentra todavía sobrevolando, llegará en un par de horas – contestó serio tomándose muy enserio su trabajo.

- ¿Ya revisaron el lugar? – el hombre asintió - ¿Cuál es mi habitación?

- Si me permite lo guiare de inmediato – dijo el dueño del hotel al cual no había saludado, pero se sentía intimidado por todos los hombres que traía encima.

- Tristán ya sabes que hacer – y así mi guardaespaldas entro detrás del gerente para poder revisar el cuarto, a mis guardias no les agradaba que yo estuviera tanto tiempo afuera, pero tampoco se atrevían a llevarme la contraria, al parecer imponía respeto el hecho de ser el esposo de Ganzaburo.

Mientras esperaba afuera empezaban a llegar todo el sequito de personas que tendría a mi disposición para estos alocados viajes que tendría con mi marido.

Después de que Tristán y los demás se encargaran de la seguridad del complejo me quede en mi habitación esperando, escondí la hierba lo mejor posible en el tanque de agua del sanitario, no podía arriesgarme a que alguien de limpieza o del equipo de seguridad la encontrara, me quede viendo el espejo de tamaño completo que tenía en el baño y me levante la playera, ya se veía una mini bolita en mi vientre, era demasiado pequeña imperceptible para cualquier persona, pero para mí era un enorme cambio.

Mientras admiraba mi figura e imaginaba como sería mi hijo Tristán me avisó que mi esposo estaba llegando al hotel, así que corrí a la entrada mientras todo el equipo de seguridad entraba en pánico por mi huida, las enfermeras gritaban que no era sano en mi condición que corriera y los doctores salían detrás de todos esperando no tener que recogerme del piso o serían asesinados por Ganzaburo.

Recibí a mi esposo en la entrada con una sonrisa, pero él parecía molesto tal vez no conmigo, pero si se notaba a leguas que no estaba de buen humor, así que decidí no meterme en su camino y simplemente lo seguí, para mi sorpresa había decidido que era buen momento para que empezáramos a compartir la misma habitación, lo cual hacía que me sintiera algo nervioso, sentía que el querría revisar todo y acabaría muriendo misteriosamente después de dar a luz.

- Muy bien, ahora que estamos más cómodos, cuéntame ¿cómo es que te hiciste tan amigo de mis "hijos"? – se sentó en una silla tomo un agua del mini bar y al parecer estaba dispuesto a escucharme, algo que se le daba muy mal con cualquier persona que no le generara dinero.

Mi apellido es Kaiba (Yaoi) 18+Donde viven las historias. Descúbrelo ahora