Capitulo 2: Mezcla

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Camille

No se como pero logre convencerme por los mellizos a preparar un pastel, así que ahora me encuentro en la cocina leyendo un libro de postres, mientras que los niños sacan lo que les digo y el insoportable de Lucas esta apoyado en la isla, con una sonrisa burlona, ya que casi se me cae la harina de las manos. 

-- ¿No quieres aportar un poco? -- Le pregunte cuando ya todos los ingredientes estaban sobre la isla. 

-- ¿Si te ayudo podre comer pastel? -- ¿Qué no es obvio, que cuando alguien ayuda obtiene su premio? 

-- Yo creo que si. -- Dicho esto empezamos con la preparación. 

Primero, según el recetario debíamos mezclar los ingredientes secos, la harina, la sal, el azúcar, y los demás. Pero como ustedes pueden buscar la receta del pastel en internet, me ahorre el tiempo de explicar. 

-- Esta mal lo que haces. -- Habla Lucas. Estoy mezclando los huevos con la mezcla, ¿Qué no se hace eso? 

-- Esta bien. -- Yo tengo mas experiencia que el. 

-- No, tienes que ladear el bol, o si no, no se mezclara bien. -- Dice acercándose a mi. 

Trato de retroceder, pero obviamente mi segundo nombre tenia que hacer presencias, y tropiezo haciendo que la mezcla caiga en todo mi cuerpo, y también en Lucas. 

-- Lo siento. -- Pero creo que a los mellizos no les frustro que arruinara su pastel, ya que empezaron a reírse como desquiciados. Pero a Lucas no, ahora mismo volvemos al principio. 

-- Deberías llamarte torpeza. -- Dice limpiándose con sus manos la mezcla que le cayo en el rostro.

-- Y tu renegón. -- Digo parándome, pobre de mi culito, si antes estaba plano, ahora ni existirá. 

-- Son una masa de pastel gigante. -- Dice Luke sobándose su estomago por tanto reír.

-- Camille parece galletita. -- Otra cosa en común con los mellizos, amamos a Shrek.   

-- Sera mejor que tome una ducha. -- Dijo Lucas ignorando los chistes de sus hermanos. 

-- Oye espera, ¿Cómo me cambio yo? -- 'Pregunte, pues no traje ropa, ni modo que me preste ropa ¿No?

-- Pues andarás desnuda, igual no creo que haiga algo que mostrar. -- Dice mientras sube las escaleras, lo sigo pues no pues no pienso andar desnuda y mucho menos por frente de el. 

-- Dijiste que lleváramos la fiesta paz, ayúdame con esto.  

-- ¿Me dejaras en paz si te ayudo? -- Pregunto parando en seco, haciendo que casi me cayera por estar tras sus talones. 

-- Si. -- Sonreí como niña pequeña cuando suspiro y me llevo a su habitación. 

Okey, eso sonó mal.

-- Coge lo que quieras -- Dice antes de entrar al baño de su cuarto. ¿Qué no tiene miedo de que le robe algo? Malditos millonarios. 

Me acerque a su armario algo nerviosa, sabe Dios que cosas pueda encontrar, un momento ¿No debería el darme su ropa?, pues porque literal tengo mezcla por todos lados, y estoy ensuciando su preciado piso pulido. 

Parece no importarle, así que abro el armario y veo ropa de colores  de gris y negro, vaya tenemos algo en común. Cogí una sudadera negra y unos pantalones de pijama. Escuche la regadera abierta así que me tome un tiempo para observar mejor su habitación. Prácticamente era como de cualquier adolescente, paredes azules y poster de bandas, aunque me sorprendió que también sea fan del grupo italiano Måneskin, yo mataría por ir a uno de sus conciertos. Su escritorio ahora luce mucho mejor luego de que Luke lo arreglara y al lado derecho de su cama también tiene una ventana con vista al patio lateral.

Por siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora