𝕯𝖗𝖚𝖌𝖘

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«ɴᴏ ᴇꜱᴛᴏʏ ᴘᴀʀᴀ ᴅᴇᴍᴏꜱᴛʀᴀʀʟᴏ»

«ɴᴏ ᴇꜱᴛᴏʏ ᴘᴀʀᴀ ᴅᴇᴍᴏꜱᴛʀᴀʀʟᴏ»

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||||||𝕷𝖔𝖆𝖉𝖎𝖓𝖌||||||

Ahí estaba de nuevo, con el brazo expuesto inyectándose algo no muy legal en sus venas. Suspira dejándose llevar, olvidando cualquier cosa que sucediese fuera, no importaba, solo eran él y aquel líquido que le hacía volar. Entonces la puerta se abrió, escucha como los pasos pasan de un lado a otro. Alguien le acaricia la cabeza con cariño y delicadeza, ronronea gustoso ante el afecto pero enseguida siente sus ojos cristalizarse, su pecho oprime formándose un nudo en la garganta.

— Lo siento.

— Lo sé,— al escuchar esa voz, entonces y solo entonces, abre los ojos— pero sabes que esta no es la solución.— Esas cuencas castañas lo miran con cariño, de alguna manera lo hipnotizan.

— ¿Qué debo hacer?— levanta sus manos, acariciando así el rostro del castaño, observa sus pobladas cejas, el como una de ellas tiene un piercing, sus carnosos y llamativos labios.

— ¿Qué quieres hacer?

— Estar contigo siempre.— El catalán sonríe con ternura, le pellizca la mejilla y besa su frente después, mientras ríe por el simple e inocente deseo, el noruego queda embobado escuchando esa risa que para él es como una dulce melodía.

— ¿De verdad que eso es lo que quieres?

—De verdad de la buena.— El noruego se incorpora, da media vuelta aún sentado y apoya su barbilla en la rodilla del menor.

— Entonces sabes perfectamente lo que debes hacer.— Dice en un tono comprensivo, vuelve a masajear su cuero cabelludo, luego esas caricias pasan a su rostro con lentitud.— Si de verdad quieres estar conmigo, déjalo.

— Pero es tan complicado.— Siente como sus lágrimas quieren desbordar de sus ojos, frunce los labios.— Se siente demasiado bien Raúl.

Auron se levanta abruptamente, se dirige a la cocina, detrás de él le sigue a duras penas el más alto. Siente como su cuerpo pesa, se apoya en el umbral de la puerta, observando como el catalán se sirve un vaso de leche.

— Rubén, ¿sabes que te quiero verdad?

— Sí,— asiente algo atontado, escuchar esas palabras provenientes de los labios de Raúl le provocaban felicidad— pero no tanto como yo.

Auron da un sorbo al líquido— Créeme que te quiero mucho más de lo que puedes pensar, mucho, mucho más.

— Entonces, ¿porqué te quieres ir?— Su voz se quiebra, suena inestable, totalmente roto.

El contrario se sienta en la encimera y hace señas al noruego para que se acerque, lo abraza por los hombros—. Porque me preocupo por tí, Rubén, te amo con todo mi ser. Pero sino te detienes, mi amor no será suficiente para salvarte de una sobredosis o de una paliza de gente a la que debas dinero. Yo no quiero ver como la persona que amo se destruye a sí mismo.

яυвιυѕρℓαу'ѕ вσσкDonde viven las historias. Descúbrelo ahora