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||||||𝕷𝖔𝖆𝖉𝖎𝖓𝖌||||||
El aire navideño estaba por todas partes, su sonrisa era extremadamente grande por tan solo ver las preciosas luces que habían por todas partes, algún árbol por la plaza, la gente jugando con nieve y bien abrigado por el frío. Escucha con placer el sonido que hacen sus botas al atravesar la nieve, sus manos enfundadas en guantes cargan diferentes bolsas que son regalos para toda la familia, esconde su rostro en la gran bufanda que lleva. Suspira estando totalmente a gusto, su teléfono resuena en su bolsillo izquierda, los regalos que obsequia en la mano derecha las cuelga un momento en la izquierda para solo contestar el teléfono. La foto de él y Rubén es lo que aparece en pantalla junto con el apodo Ruru y un corazón. Contesta con la nariz ya que el teléfono no logra captar los movimientos con el guante, se coloca el aparato en la oreja.
— ¡Raúl, mi amor! ¡¿Dónde estás?!— el llanto de su amado resuena a través de la línea telefónica, se escucha desesperado, intenta hablar pero el rubio interrumpe— ¡¿Te han secuestrado?! ¡Diles que les doy lo que sea, todo el dinero del banco! ¡Pero qué te suelten!¡Y que te entreguen completo sobretodo!
Ríe de manera escandalosa al escuchar la familia del noruego empezar a burlarse de Rubius, la escena en sí era muy cómica.
— Rubius,— dice en tono tranquilizador el catalán— solo he ido a comprar algunas cosas.
— ¿Eh?— Doblas empieza a gritar con molestia, ésta vez no hacía Raúl, sino a sus padres y en otro idioma...— *¡¿Fordi du gjorde det?! ¡¿Jeg fikk nesten et hjerteinfarkt?!
—*Rubén, ¿per ventura vols que jo parli en català?
— ¿Qué?— Rubén confundido le presta atención la suficiente atención a su pareja— No, haber... Perdón min kjærlighet, ellos dijeron que te habían secuestrado.— Ahora entiende todo, sonríe con ternura al imaginarse a su pareja en ese estado por él.
— Tranquilo el meu amor, estoy bien.— Dice entre risas, sigue su caminar hacia la parada de bus, observa el asiento y se niega a sentarse porque no quiere mojar su trasero— He ido a comprar algunos regalos para todos.
— ¿Porqué? Te dije que no era necesario. Además, ¡sabes el tremendo susto que me he llevado al no verte en la cama!
Se sonroja levemente porque lo que ha exclamado Rubius probablemente lo haya hecho delante de sus suegros— Rubén por Dios, solo quiero tener un detalle, te quería traer conmigo pero se te veía muy cansado, no quería despertarte.
— ¡Debiste hacerlo! ¡Es muy difícil ubicarse aquí! ¡Peor si no entiendes el idioma!
— Como sigas gritando cuelgo, — escucha el suspiro de Doblas asumiendo que no debía gritar— ya estoy de regreso.
