Una última vez.

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"Love of my life."

Llegó aquel 15 de agosto, fecha que jamás olvidaría ni aunque estuviera muerto.

Por instinto, llegó al final del segundo pasillo, en dónde se encontraba su amado Edgar.

—Buen día, Poe.

Se sentó sobre aquel césped húmedo, había estado lloviendo estas últimas semanas.

Cómo era de costumbre, trajo consigo productos de limpieza para limpiar la lápida del chico.

—¿Crees que debería mandar a hacer un nuevo cerco? El que tienes esta algo desgastado ya.

Sacó de su mochila un par de dulces junto un libro con una portada roja.

—Hoy traje un libro, es el último que escribiste, aunque no está completado, pero quise traerlo para leerte, siempre solías leerme tú pero creo que es tiempo de que ahora yo lo haga.

Aquel joven duró aproximadamente media hora leyendo hacía la lápida, como sí aquel chico lo escuchará.

Cerró el libro suspirando, alzó su vista al cielo, estaba nublado como ya era costumbre, y por sí fuera poco comenzó a llover.

Era algo normal que cualquier día que fuera a visitarlo iba a llover, así que ya traía consigo su paraguas.

—¿Cuánto tiempo ha pasado desde que vi tus ojos por última vez, Poe?

Dijo mirando hacia la nada, aquel sentimiento desgarrador lo perseguía como sí fuera el diablo.

—Ha pasado mucho tiempo, por aún me cuesta dejarte ir.

A este punto la voz se me empezaba a entrecortar, era difícil seguir manteniendo su postura.

—Hoy se cumplen tres años, ¿Sabes? Nada de esto ha sido fácil para mí...Pero era necesario.

"Take my heart, take my soul"

—¡Poooeeee!

El escritor pegó un salto sobre su silla al escuchar un portazo y un grito llamando a su nombre.

Giró hacia la puerta de su biblioteca, viendo a un chico de mediana Estatura acercarse con pasos rápidos, quedando cerca de su cara, provocando que este se sonrojara.

—¡Te van a salir más ojeras si sigues descuidandote así! Mira, traje dulces, ¿Por qué no comemos un poco y te distraes de todo esto?

—Ah, yo...A mi no me gustan mucho los dulces, Ranpo-kun.

Ranpo solía sacar a Poe a pasear cada que iba a visitarlo a su casa, al menos para que se distrajera de todo el trabajo acumulado que tenia y no le salieran más ojeras de las que tenía.

Ranpo era un chico que admiraba a Poe, él era todo lo contrario con su trabajo, pero a pesar de eso era admirado, en cambio Poe tenía que esforzarse al máximo para ser visualizado.

Ranpoe Oneshots¡! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora