No me dejes...aún

2 0 0
                                    

La luz de la sala tintineaba opaca debido a su antigüedad; ya hacía mucho necesitaba un cambio de foco, pero hasta ahora me he preocupado en verla por más de unos segundos. Verla danzar gracias a una pequeña ventisca que entra por las ventanas es lo más interesante que he visto nunca...aunque, en este momento, incluso la pintura más insípida se volvería más vistosa en comparación al rostro del hombre que esta sentando en frente de mi.

Mateo

Ambos hemos vivido juntos durante ya varios años, pese a eso nuestra relación jamás ha tenido un rumbo fijo, Jamás creímos en matrimonios y ninguno de los dos había querido formar una familia... él no había querido formar una familia. Y yo...yo jamás quise obligarlo a asumir un compromiso tan importante, aunque la maternidad era uno de mis sueños mas añorados prefería mantener a Mateo en mi vida, aunque aquello significara jamás tener una familia.

Yo lo amaba.

Claro que lo amaba, lo amaba tanto que habría renunciado a tanto para poder pasar la noche y sentir que él seguía siendo mío; lo amaba tanto que luché contra viento y marea para lograr que el volviera a mí, olvidando así su vida llena de libertades y mujeres. Yo lo habría hecho todo solo para que estuviera solo conmigo.

Mi mente vuela a seis años atrás. Me veo en medio de la barra, delgada, baja, sin nada impresionante o llamativo, creo que por eso me sorprendí tanto cuando Mateo se acercó a mí sin que nadie nos presentara; nuestra primera conversación fue extraña casi incómoda y me avergoncé varias veces por no tener nada interesante que decir, pero desde el momento en que dijo mi nombre con ese tono rasposo que solo usa para convencerme de algo supe que tuve lo que se conocía como un flechazo con él. 

Me pasé todo lo que quedaba de la noche sonriendo como estúpida por haber llamado la atención de alguien como él, esa noche apenas pude dormir. Al pasar los días me desanimaba más al esperar un llamada que no llegaba, por eso, cuando me contactó para salir no dudé en dejar una entrevista de trabajo para ir a verlo.

Si lo veo en retrospectiva debo admitir que dejé y pospuse muchas cosas por él; dejé mis salidas con amigas para pasar más tiempo a su lado,  dejé de lado mis proyectos personales para ser un apoyo en los suyos, incluso dejé a mi familia cuando me pidió que viajará con él a otro país para cumplir sus sueños. 

Me estaba pidiendo, a mí, la chica que siempre había sido desechable, que fuera con él y aunque ahora lo veo un poco más claro en esos tiempo no entendía como habría podido negarme. Claramente renunciaría a mi vida y me enfrentaría a una realidad completamente diferente, pero él me había pedido que lo acompañará, él me quería en su vida. En esos momentos no me importó alejarme de todos y empezar de cero, saber que me quería consigo era suficiente para mí.

Nuestros primeros días en esta casa fueron magníficos, como no teníamos demasiados ingresos decidimos comprar una antigua, de esas que no puedes cerrar una puerta sin hacerla sonar y con, tal vez demasiadas, filtraciones de aire. Aquello realmente me causaba pavor, pero él estuvo a mi lado en cada segundo haciéndome olvidar mis miedos con sus besos.

Mateo era y es el tipo de chico que te hipnotiza y te envuelve en su universo, era eso o que yo estaba demasiado necesitada de su amor y atenciones que no importaba cuando tuviera que dar para recibir tan solo un poco de su cariño.

Verlo, aquí y ahora es extraño, de pronto ya no lo veo tan guapo ni tan encantador como solía hacerlo.
Mi burbuja se había explotado de imprevisto, no era raro verlo coqueteando con otras, aunque siempre lo justificaba atribuyéndoselo a su personalidad, lo que había sucedido era más grave que una infidelidad.

Habíamos ido de fiesta con unos amigos suyos cuando tuve la necesidad de ir al baño, al regresar una rubia de finas curvas se encontraba sentada en sus piernas mientras el acomodaba su cabello para acceder a sus labios, si bien aquello me incomodaba él siempre había dicho que esos besos eran vacíos.

Al verme llegar me atrajo a hacia él remarcando su autoridad sobre mí, adoraba que hiciera aquello, nada me hacia sentir tan suya como la sensación de sus dedos clavándose en mi piel mientras me sentaba en sus piernas. 

Una sonrisa leve me fue arrebatada en el instante en el cual con aliento alcoholizado me propuso hacer un intercambio de pareja, jamás me he considerador una puritana pero aquello me causó arcadas.
Me marché de allí sin decir una palabra sintiendo sus pasos detrás de los míos, un tirón en el estómago me dio el valor que no había tenido en años y le pedí un tiempo para pensar. 

Nunca me había negado a nada de lo que me pedía y aunque al principio me había dolido compartirlo, con el tiempo entendí que él jamás había sido mío y me bastaba con tenerlo de regreso cada noche aunque supiera que durante el día se iba con otras.

Pero yo era suya, pensé que él lo sabia, pensé que él me creía suya, que me quería suya. 

Que él quisiera compartirme con otro me dolió, tal vez más de lo que debería haberme dolido saber que no me era fiel.

He estado horas en silencio creyendo haber tomado una decisión, sin embargo, el miedo a la soledad ahoga mi mente, me encuentro en un país extraño rodeada de gente que no conozco, alejada de mis amigos y familia, personas a las que solo contacto a finales de año. 

Mateo es lo único que tengo...o tenía, pero el sinsabor que siento dentro de mí me deja en claro que no podré perdonarlo nunca.
Como siempre mi conciencia me hace una mala jugada empezando a crear varios escenarios en los que me encuentro completamente sola, y aunque Mateo no es especialmente dulce sus pequeños cumplidos y detalles son lo más cercano que tengo al paraíso.

Lo miro nuevamente sin reconocer el rostro que hace poco me hacia suspirar, sus ojos penetrantes están pendientes de mis gestos como si esperara que empezará a llorar o hiciera un gran escándalo, no lo haré, mi miedo a la soledad es mucho más grande que el miedo a ya no ser solo suya. 

Sé que jamás nada será igual entre nosotros, tener tan presente el hecho de que él podría renunciar a mi tan rápido, saber que me he vuelto desechable y poder ser usada como moneda de cambio atormenta mis pensamientos.

Logro percibir un sutil brillo en sus ojos debido a las lagrimas y se me cierra el pecho. ambos sabemos que esto es insostenible, ambos sabemos que pronto dejaré de ser suficiente, pero mientras tanto trataré de fundirme con él como si fuera el oxígeno que necesito para respirar. 

Nuestro abrazo se siente como una bomba de tiempo, esperando el momento en el que llegue la inminente ruptura para explotar.

Tal vez...solo estoy ganando tiempo para acostumbrarme a la idea de su ausencia.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 23, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Relatos Para Una Noche de InsomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora