Vendas

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Nos encontramos en el mismo laberinto y no, no había luz. Yo no podía verte, solo escuchaba tu voz, tu hermosa voz; y confié, confié lo suficiente como para decidir vendarme aún cuando ya podía ver pues tu compañía hacia de la obscuridad un camino menos tenebroso y un poco más agradable; pero me vende aún con la existencia de mi miedo a la oscuridad. Me vende para hacerte saber lo mucho de confiaba en ti;  créeme jamás pensé que llegaría a ser tan peligroso, jamás creí el daño que causaría o quizás sí lo hice pero otra vez decidí ignorarlo.

Y así vendada me llevaste lugar más siniestro del laberinto, aquel lugar del que tanto decias me protegerías . Yo jamás creí que me dejarías así,  allí. Aún cuando grité tu nombre no me escuchaste, no me quisiste escuchar y te fuiste, te fuiste porque yo ya no te importaba en realidad  nunca lo hice, no de verdad.

Y se detuvo el tiempo, logré callar las voces ignoré donde estaba; me arranqué esas vendas  y todo aquello que me ataba a ti hizo de peso muerto y sabes aún estoy aprendiendo a cargar y sobrellevarlo. Pensé y me di cuenta de que no podía quedarme allí , rompiste  mi corazón pero yo seguía viva y debia asegurarme de que asi siguiera siendo.

Trepé las paredes e inconscientemente te llame con la esperanza de que me escucharás y volvieras a mí, no respondiste. Grité por meses tu nombre y por fin contestaste. Un cruce de palabras, una sonrisa y una cálida caricia,me dijiste que te enorgullecía saberme a tan fuerte y luego me empujaste, me empujaste y te reíste mientras caía, me  miraste con sorna y te fuiste.

Te odié. O al menos traté  de hacerlo lo juro, trate. La furia fue mi más fiel compañera me ayudó a subir y no llamarte más, me ayudó a volver a levantarme después de cada recaída, me  ayudó a salir de allí. Quizás no era feliz pero al menos estaba de pie, rota pero viva con tu recuerdo intacto y tu voz en mis sueños.

Sabía y sé que no iba a ser fácil, han pasado seis meses desde que logré huir de ti y aún llevo conmigo evidencia del daño.

Pero te juro, te juro que lograré superarte y ya no lloraré por no estar entre tus brazos. Te juro que lograré dormir sin recordarte y podré arrancarme todas las vendas que me dejaron cicatrices con tu nombre.

Relatos Para Una Noche de InsomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora