El Arte de Hades | L.S

20.

Il cuore è stato fatto per essere rotto./ El corazón fue hecho para estar roto.

Sus vacaciones habían pasado más rápido de lo esperado así que decidieron aprovechar la última noche en la cabaña.

-Ah Louis me estás partiendo en dos.- sus manos estaban atadas por su espalda y el estaba parado mientras Louis lo penetraba con mucha fuerza.

-Asi te gusta ¿No? Todas las noches me has pedido que te parta.

-Si, sí continúa.- sus piernas temblaban y estaba apunto de tener un gran orgasmo.

Cuando Louis era pequeño pensaba que eso de tener relaciones simplemente no era lo suyo, tampoco es que tuviera la suficiente edad para saber que era sexo, prostitutas y drogas pero su padre se dedicó a decirle una y otra vez que cuando él fuera exitoso podría tener todo eso solo tronando los dedos.

Louis tenía muy en claro que quería muchas cosas en su vida menos eso, no quería sexo con chicas por qué no le gustaron nunca, no quería prostitutas por qué sentía que las denigra y lastimaba por solo hablarles por ese despectivo nombre.

Tampoco quería drogas, no dependería de las malditas sustancias que estaban consumiendo a su padre.

Su padre era un maldito que lo estaba consumiendo todos los días, le exigía demasiado con tan solo doce años.

Desde muy pequeño fue muy inteligente, a los tres años sabía leer algunos pequeños cuentos, su padre de inmediato de dio cuenta que era un niño diferente a los demás así que lo llevo a una escuela militar en cuanto cumplió poco más de los seis años y ese día comenzó el tormento para la vida de Louis, lloraba por qué le pegaban y solo tenía pocos años, abrazaba su almohada por qué extrañaba a mamá, extrañaba su olor a fresas, necesitaba su calidez mientras le contaba muchos cuentos.

Su padre lo golpeaba y pateaba todas las noches con la excusa de que eso pronto tendría que ser un hombre con honor, inteligente y con muchas...

-Vamos Louis, tienes que ser un niño macho y grande. Eres tan inteligente que tendrás a todas las zorras a tus pies.

No, no, no él no quería eso, no necesitaba tener relaciones, no quería chicas, no por que no le agradan, más bien es por qué no se siente atraído por ellas, son bonitas sí, algunas son admirables, pero no quería ni si quiera besarlas.

Pero no podía hablar, no podía llegar a decir que el no quería sexo, que no disfrutaba el ver a las chicas bailar en esos bares de mala muerte.

Cumplió quince años y su padre lo obligó para estar con una chica.

Ella vestía un corto vestido y una blusa pegada escotada mostrando mucho más de lo que Louis quería ver, llena de lentejuelas rosas, era muy linda, con demasiado maquillaje que intentaba tapar algunas heridas en su labio, lápiz labial rojo, ella se acercó a él.

-No, no quiero.- lloraba abrazando su pecho limpiando los mocos que salían de su pequeña nariz.

La chica lo vio con miedo y se acercó para limpiar su rostro lleno de lágrimas.- Tranquila amigo, eres tan solo un bebé, oh nene tampoco me gusta eso de...- pensó por un momento.

-¿Pedofilia?- pregunto el niño mostrando un poco más su rostro.

-Exactamente, eso.- le dio la razón.- escucha no le diré nada a tu padre que estuviste excelente, con una condición.- el chico indico que siguiera con la mirada algo perdida.- te traerá muy seguido, para hacer más hombre, ya sabes, así que le dirás qué solo quieres conmigo ¿De acuerdo? Yo jamás te tocaré bebé.- la chica beso su frente y se acostaron para ver algo de televisión blanco y negro.