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Mi buen amor
Si no quieres regresar
¿Por qué vuelves buscarme, una vez más?
No me pidas que te dé una última noche.- Mon Laferte

Un año después

Presente

No quería leer aquella nota, aquella carta de la persona que tanto lo había lastimado y si se supone que ya lo había olvidado ¿Porqué aún duele? La traición, la decepción, la incertidumbre y el dolor volvían a invadirlo. Pasaron tanto y ahora quería eliminarlo de su memoria.

Llevaba algunos días retrasando el abrir aquella nota, tenia miedo de que eso fuera alguna mala noticia, tal vez Harry también lo odiaba, no podría soportar con tanto, evitaba pensar en él, pero en los últimos años era en lo que pensaba más.

Sus últimos días juntos habían sido terribles, se gritaban, lloraban, se lastimaban y definitivamente eso no termino bien y Louis pudo dar su vida por él, pero no por un delincuente, no por alguien que lo traicionó.

Abrió la carta y ahí estaban sus letras marcadas en un hoja marcada con arrugas, de él, de su Harry. La forma en como marca las letras, la estructura de la carta, la duda de lo plasmado, Louis podría llorar, podría salir y tirarse de un balcón, ya no se sentía valiente, no sin Harry a su lado.

Hola Louis, te extraño pero creo que es momento de soltarte, te dejo las noches juntos, los besos, tu perfume olor a cítricos, quédate la pintura que hicimos juntos, los mensajes de coqueteo, tus ojos azules y tú preciosa mirada, las manchas de pintura en tu abdomen y muslos, tu adicción por besar y morder mi mandíbula; las noches en que dormíamos juntos a un lado de la luna, la manera en como tomabas mi cadera y cintura cuando hacíamos el amor, la manera en como tratamos de reducir la cama individual para dormir más juntos tu olor a cigarros y tú patética sonrisa; quiero olvidar cuando salíamos a el lago y cometiamos locuras, cuando te enojabas y salías de nuestro hogar pero te perseguía y terminábamos follando en mi auto, los recuerdos amargos, cuando salíamos a cenar en aquel lugar italiano, cuando amarrabas mi cabello por qué te molestaba, quédate con todos mis te amo por qué nunca seré capaz de volver a pronunciar, con tus labios delgados y tú delicada cintura, con las veces que construimos aquella escultura, con nuestra noche de cognac, con nuestras constelaciones, mi pintura de uñas, los miradas mezcladas, quédate con el verde y el azul, pero sobre todo quédate conmigo por qué ya no le podré pertenecer a alguien más, juro que te olvidaré por qué tu amor me hace daño.
Con sinceridad H.

Louis tiro aquella carta, la envolvió y la rompió en mil pedazos, no podía, Harry no podía olvidar eso tan fácil; sí había pasado ya un año, pero las cosas así, nunca podría olvidarlo. Lágrimas salían por sus ojos azules, recorrían su rostro cómo si Harry pasará sus dedos por sus mejillas, eran saladas y quemaban cada espacio de su piel, estaba dolido y confundió, no podía olvidarlo de un día para otro.

Posiblemente podrían hablarlo y arreglarlo como en los viejos tiempos.

Pero ya no era el momento, su relación ya no tenía esperanza, se odiaban y Louis llevaba algunos meses comprometido con Spencer.

Llevaba así un año bajo la misma mierda y rutina, lo primero que hizo fue salir de la ciudad con el auto viejo y apestoso de Spencer mientras conducía por la carretera libre simplemente para pasar desapercibido.

¿Cómo llego hasta comprometerse? No tiene idea ni si quiera quiere un poco a Spencer, no tiene nada de sentimientos por él, le causa asco el simple aspecto de tener contacto físico con él.

Por las noches un silencio incómodo lo acompañaba, pues ya no tenía la necesidad de compartir cobertor, sus labios resecos por qué ya no había nadie que lo besara, sin embargo, esos detalles fueron sustituidos por lágrimas y días sin comer.

El Arte de Hades | L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora