21. Lluvia de corazones
Viernes, el sagrado y bendito viernes.
Primer viernes del mes, y eso sólo significaba una cosa. Era la fiesta de los colores en casa de Rose.
Fiesta a la cual tenía 0 ganas de ir, pero por motivos que incluyen a dos chicos, terminé asistiendo. Porque sí, Dylan y Shane se habían vuelto aliados del mal, para hacerme enfurecer cada día más. Y no sólo eso, también habían ido con mi madre para convencerla de dejarme ir.
Mi madre vio dos chicos y dijo «claro, la solución al lesbianismo de mi hija», literalmente eso fue lo que su cara gritó al verlos.
— ¿Por qué acepte venir?— lloriqueé bajando del automóvil.
Todos íbamos de tonos negros y blancos, ya que era parte de la temática de la fiesta. La famosa fiesta de colores.
¿En qué consistía? Era muy sencillo, antes de entrar, en la puerta de la enorme casa, había una chica ofreciéndote tres tipos de colores, rosa, azul y verde.
Rosa para los enamorados o las personas que tenían pareja.
Azul para las personas que buscaban algo serio.
Verde para las personas que sencillamente buscaban con quien pasar la noche.
Algunas personas pedían una pulsera y otros pedían que los pintaran con un pigmento fluorescente del color que escogían.
— ¿Qué colores usarán?— preguntó la chica de la entrada.
Toda la casa estaba alumbrada por luces ultravioleta para que los pigmentos brillaran y fuera fácil distinguirlos.
Los chicos escogieron verde, porque eran dos adolescentes hormonales en una fiesta, pero yo no pude hacerlo. Y como no había un color que transmitiera el mensaje de: «yo solo quiero volver con mi ex», tuve que escoger el rosa.
La chica me dio a escoger entre una pulsera o un pequeño bote con pintura para usarla.
Tomé el bote.
— ¿Rosa?— preguntó Dylan.
— ¿Verde?— respondí—, ¿qué no se supone que estás saliendo con Jenna?
Dylan negó antes de responder: — No está noche.
¿Qué significaba eso? No tenía la menor idea.
Pero ambos nos enfocamos en comenzar a pintar nuestros rostros con la pintura que nos habían dado.
Shane y Dylan me obligaron a dibujar unos extraños espirales por todas sus mejillas, y también a delinear sus ojos con aquella pintura. Que sólo Dios sabe si es tóxica. Mientras yo me límite a usarla en todos mis párpados y como labial.
Los tres íbamos de blanco, yo llevaba un vestido de tirantes que cubría mi metro ochenta, y que fui obligada a portar.
—Vamos por algo de beber— opinó Shane.
Dylan lo siguió sin rechistar, y para mi mala suerte, al pasar por la habitación donde sonaba la música, mi mirada se encontró con la de las dos chicas que había estado evitando.
Jane y Dalia.
—No te quedes ahí, mueve el trasero, Marian.
Observé molesta a Shane y desvíe mis ojos de las chicas.
—Si quieres que mueva el trasero, tendrás que pagarme.
—Yo no tendría problema en hacerlo— respondió Dylan, ganándose un golpe de Shane.
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Nos vemos en las canciones ©
RomansaNO SE ACEPTAN ADAPTACIONES NI DE MIS FRASES, NI DE MIS PERSONAJES, NI DE LA HISTORIA EN SÍ. ESTA OBRA ESTÁ REGISTRADA, ASÍ QUE POR FAVOR NO GASTES TU TIEMPO ROBANDO IDEAS AJENAS. Amistad. Amistad es apoyar a una persona siempre, sin importar lo bue...