Capítulo 15. Entre tu boca y la mía hay un cuento de hadas que siempre acaba bien.
TIAN
El muchacho suspiró al mirar la enorme carpa para fiestas que su madre y la esposa de Namon habían puesto en medio del prado aquel donde él y Phupha habían volado cometas juntos lo que parecía una vida entera atrás. Las dos mujeres habían decidido que aquel era el lugar indicado para la ceremonia del día siguiente y Tian les había dado la razón.
Tian se sentía feliz al mirar todos los preparativos para lo que sin duda sería uno de los días más importantes y significativos para su vida. Y es que apenas el chico había hecho la llamada a sus padres para avisarles de que le había entregado al Mayor aquel anillo de platino que simbolizaba también el corazón de Tian, Lalita había expresado su deseo de acompañarlos en la fiesta y ahora la mujer deambulaba de un lado a otro de la aldea preparando una enorme fiesta como no se había visto jamás en Pha Pun Dao.
De hecho, Tian había temido que su madre se portara de mala manera con esas personas que eran como una familia para Tian porque vamos, aunque Lalita había hecho un esfuerzo enorme por entenderlo y por abrir su mente a la existencia de otras formas de amar y de vivir, Tian también recordaba el modo en el que su madre solía tratar a las personas que no eran privilegiadas como ella. Sin embargo, desde el primer momento en el que habían llegado, su madre y su hermana se habían dirigido a todo el mundo con amabilidad y respeto, tanto así, que las dos estaban realmente ocupadas preparando el banquete que se serviría al día siguiente al lado de la esposa de Khama y todas las madres de los niños de la escuela.
Tian habría podido jurar que su madre jamás había trabajado tanto en algo como en su fiesta de bodas y al pensar en ella el corazón del joven ingeniero se hacía un millón de veces más grande. Toda la gente que amaba estaría ahí con él para verlo mientras enunciaba votos de amor para Phupha en voz alta. Todos estaban encantados con la idea de tener una ceremonia de bodas que, a pesar de no ser algo legal, sí significaba el inicio de algo nuevo en su vida. Ante los ojos de sus familiares y amigos Phupha sería su esposo, su compañero de vida y eso era algo que ninguna ley le arrebataría jamás a Tian.
Una sonrisa se dibujó en su cara al pensar en Phupha. Desde que se había arrodillado ante él dos meses atrás para pedirle que se quedara a su lado por muchos, muchos años, el joven no podía borrar de su memoria ni de su corazón el modo en el que los ojos de Phupha se habían llenado de amor cuando él había puesto la argolla de platino en su dedo. Tian creía que jamás podría olvidar aquella noche que, además de marcar el inicio de un año nuevo para todos, también había marcado el inicio de un nuevo camino para él y para Phupha.
Y también desde ese día, Phupha había empezado a hacer preparativos y verlo así, planeando una ceremonia hermosa para los dos al lado de Khama y los oficiales de la base, Tian pensó que el hombre al que amaba era incapaz de hacer algo mal.
Un suspiro enamorado escapó de sus labios. Aunque todo era más real que nunca, Tian no podía evitar preguntarse cómo había sido posible que una historia así hubiera llegado a su vida. Aún no podía entender muy bien cómo había sido posible que lo que había empezado como una forma de expiar una culpa demasiado grande se hubiera terminado por convertir en la mejor cosa que le había pasado en la vida entera. El joven suspiró pensando en que si nadie lo detenía, él terminaría con el aire existente a fuerza de suspiros. Pero es que él y Phupha eran tan felices que no podía hacer nada más que suspirar porque había demasiado amor en su cuerpo.
En aquel instante, Phupha estaba en el pueblo comprando el traje que usaría al día siguiente. El doctor Nam lo había acompañado para elegir un traje a la altura de aquel acontecimiento porque según él, Phupha tenía un nulo sentido de la moda del cual había que salvarlo y Tian se había reído diciéndole que sin importar lo que Phupha usara al día siguiente, él seguiría pensando que se casaría con el hombre más hermoso de toda Tailandia. El doctor, quien sería el padrino de Phupha, había rodado los ojos de forma incrédula y le había pedido a Tian que dejara todo en sus manos porque quería que Phupha luciera perfecto en el álbum de fotos que Longtae haría para los dos como regalo de bodas al día siguiente.
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Cometas Por El Cielo
FanfictionDespués de pasar dos años lejos de Pha Pun Dao aquel lugar escondido en medio de las montañas donde Tian dejó una parte de sí, el joven vuelve al pueblo en busca de hacer realidad el nuevo sueño que ha encontrado en su corazón. Ese sueño que incluye...