Meds

Meds (Capítulo único)

19 de Enero, 2015. 17.45

Día uno

—Bueno, te he dejado la heladera y las alacenas repletas de comida como para veinte personas. —Exclamó su amigo, yendo de un lado al otro, arreglando las últimas pequeñeces para poder finalmente partir. ChanYeol se mantenía parado en el umbral de la cocina, con el móvil en mano, grabando a su amigo, porque cuando este estaba nervioso, no había forma de codificar toda la información que presentaba. —Éstas son las píldoras que SeHun debe tomar, estas—Dijo señalando un frasco blanco. —Tres veces al día, cada ocho horas. Y estas—Señaló una caja con un nombre impronunciable en letras azules. —Esta va cada doce horas, por ende, dos veces al día. A ver… ¿qué más?

—KyungSoo, creo que estás yendo un poco rápido, no te has ido aún y ya he olvidado la mitad de la información. —Admitió el joven alto desde la puerta, apagando la grabadora de su teléfono. Se acercó a su amigo y le palmeó la espalda.

—Lo sé, ChanYeol, me pone nervioso irme y dejar a SeHun enfermo. Por suerte entraste en vacaciones y aceptaste venir a cuidar a mi hermanito. —La típica sonrisa “corazón” del más bajo salía a la luz cuando sonreía. ChanYeol era amigo de KyungSoo desde que iban al secundario, hacía diez años que se conocían y jamás había visto al hermano de este. —Ahora lo llamo, está en su rebeldía de los diecisiete, espero no te haga renegar mucho, Yeol.

Su amigo abandonó el lugar, dirigiéndose a donde quiera que estuviera su hermano. Por unos segundos pensó en cómo sería el muchacho, ¿sería más pequeño y regordete que KyungSoo? ¿Tendría los ojos tan grandes como su amigo? ¿Sus labios gruesos que dibujaban un corazón cada vez que sonreía? Se apoyó en el desayunador, mirando hacia su bolso y mochila, su amigo le había contado que se iría por una semana, así que trajo todo lo que suponía necesario para pasar todo ese tiempo en un departamento que no era suyo. Suspiró, apoyando su mentón sobre su mano. Escuchaba a lo lejos unas suaves risas, sabía que era su amigo, pero ¿esa era la voz de su hermano? ¿Sería mayor que él? ¿Por qué tendría que cuidar de alguien mayor? Jugó con su teléfono, bloqueando y desbloqueando el mismo repetidas veces hasta que las risas y pasos se fueron acercando. Se puso de pie, esperando ver a un enano corriendo hacia él. Pero ningún regordete niño apareció, nada similar, un chico alto, quien casi igualaba su altura, de tez blanquecina, cabello oscuro y ojos penetrantes. Labios finos, rosados. Nariz alargada, chata, algo coqueta. Delgado, quizá más que él. Su mirada era intimidante, demasiado oscura. Trató de evitar tragar en seco, pero la incomodidad pudo más y terminó casi ahogándose con su propia saliva.

—Él es SeHun, ¿no es bonito? —Esa pregunta era claramente retórica, o por lo menos ChanYeol no iba a contestarla. Simplemente hizo una leve venia, siendo esta correspondida por el muchacho. KyungSoo soltó un pequeño grito tras fijarse en el reloj de la cocina.—¡Debo pedirme ya un taxi!

—No te preocupes, ya lo pido yo. —Habló el menor de los tres, haciendo que su voz resonara en los oídos del castaño. Tenía un acento raro, más bien, las letras ‘s’ no eran bien pronunciadas por el muchacho. Este se retiró, saliendo por el mismo lugar por el que había ingresado. ChanYeol observó a su amigo por unos segundos, esperando a oír al muchacho hablando por teléfono. Tomó a KyungSoo por el brazo, ya que este seguía con su desesperada carrera de una punta de la casa a la otra.

—¿Ese es tu hermano? —Preguntó, poniéndole énfasis al “ese”.

—Sí…—Contestó el más bajo, como si no estuviera diciendo nada extraño.—¡Ah! ¿Si somos hermanos biológicos?—Ante el asentimiento del mayor, soltó una carcajada, la cual confundió más al alto.—Serás idiota, ChanYeol. ¡No somos hermanos biológicos! Es el hijo de la esposa de mi papá. Nos llevamos tan bien que decidimos vivir juntos. Además, nuestros padres viven viajando, así que es más cómodo para nosotros.