- 21 - Mal momento

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Izan suspiró al ver que seguía llorando, su sangre se estaba echando a perder y él lo había perseguido ansioso por tomar un poco de sangre joven y fresca.

-Intenta pensar en algo más o cuenta del 1 al 10 en voz alta -sugirió preocupándose un poco al ver que no podía calmarse y cuando cayó al suelo se asustó

Algunas personas miraron hacia allí bastante sorprendidos.

Izan se arrodilló a su lado ayudándolo a pararse y luego lo guió para caminar. Vivía tan cerca y Regulus parecía tan perdido aún llorando que ni se dio cuenta hasta que entraron a su casa.

-¿Qué haces? -preguntó un poco ronco en la entrada

-No sé, te invitaré un té aunque sea, para que te calmes -sugirió y cuando lo vio acceder y comenzar a calmarse pensó que podía seguir en pie su idea de robarle un poco de sangre.

Dejó la taza al frente de él y se sirvió también un té fingiendo tomarlo. Le daba bastante curiosidad que le podría haber pasado, por lo joven que era pensó que quizá alguien le había roto el corazón o en un escenario más dramático quizá su prometida había muerto antes de poder casarse con él. Aunque tenía que admitir que llegado cierto punto esa curiosidad fue reemplazada por pensamientos solo de su sangre.

Regulus se quedó un buen tiempo mirando hacia la mesa realmente no le importaba si estaba allí o en otro lado, tomó un poco de té intentando sacar esa fea sensación que tenía en la garganta y luego preguntó dónde estaba el baño.

-Saliendo al final del pasillo -contestó Izan con las manos entrelazadas controlando las ganas que tenía de lanzarse sobre él para probar su sangre. Desde ayer que no había probado nada solo para esperar la noche donde Hal no estaría vigilando y él podría robar un poco por sus propios medios.

Regulus caminó hacia el baño sin mucho apuro, al entrar se mojó el rostro con agua helada despertando al fin de todos los sentimientos que lo abrumaban. Luego se secó con un hechizo y vio alrededor extrañado de las extravagantes y caras decoraciones de oro que había pero lo que más le confundió fue no encontrar un espejo sino un cuadro enchapado.

-Aparecium -dijo mentalmente el hechizo por si acaso, pero nada cambió. Aún así salió sigiloso pensando en lo descuidado que había sido ir a la casa de un extraño y al darse cuenta que no tenía sentido que el pasillo acabe allí, con un movimiento de varita lanzó otro hechizo mentalmente -Revelio

Entonces unas escaleras se mostraron, los sentidos de Regulus de pronto se pusieron alerta y miró confundido hacia atrás del pasillo, estaba completamente seguro que ese chico no era un mago

Un cuadro que no podía distinguir al final de las escaleras fue lo que le generó aún más curiosidad y subió lanzándose un hechizo para no hacer ruido.

De todas formas no le importaba mucho si Izan se daba cuenta, él podría desaparecer en unos segundos de allí. Quizá y ahora sí iría al cumpleaños de Remus pensó.

Al subir se encontró con el cuadro de dos personas sonrientes, uno de ellos era Izan y el otro parecía ser su pareja. Quizá él es el mago y por eso está todo oculto pensó -Revelio -volvió a decir y miró detrás de él donde no había nadie pero a unos pasos delante de él dos puertas aparecieron. Nunca había sido alguien tan curioso ni le gustaba entrometerse en la vida de los demás pero había algo que lo llevaba a ese lugar.

Sexto sentido quizá pensó y eso lo motivó a dar unos pasos más y abrir la primera puerta.

-¿Qué haces aquí? -escuchó de repente detrás de él asustándolo pero lo que vio delante de él lo dejó anonadado y sin palabras.

Él    _   (Jegulus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora