Capitulo 1

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Caminando rumbo a su nueva escuela, con un pañuelo de color rojo cubriendo la mitad de su rostro y siendo escudriñada por las miradas de estudiantes y trabajadores. Quería hablar, sacar todo lo que había estado conteniendo, pero no podía. Quería llorar, pero sus lágrimas ya se habían secado. Quería hacer tantas cosas pero el mundo es cruel.

¿Cómo había llegado a esta situación?

Sin amor.
Sin amistad.
Sin padres.
Sin apoyo.

Solo era ella y su soledad. Nadie más.

<<Lo recuerdo todo, como si hubiera sido ayer>>

Pensó, mientras ocultaba esa sonrisa nostálgica y llena de tristeza.

Eva Gorner

Eres extraña.
Haces cosas raras.
Dices mentiras.

Eso es lo que las personas me dicen siempre, a mis cinco años sé que soy diferente. Aún no sé porqué y son cosas con las que una niña de cinco años no puede lidiar.

Nací en un día de lluvia, mi abuela solía decirle a mi mamá que eso era un mal presagio, por lo que desde ese día les rogaba a mis padres que se deshicieran de mí. Nunca fuí aceptada por ella, pero no me importaba, ya que tenía el amor de mis padres y el de mi hermano.

Por lo menos lo tenía hasta que llegó aquel fatídico día. El que cambió mi vida para siempre y no para bien...

Me siento en mi cama rápidamente, mi pecho sube y baja con las respiraciones entrecortadas. Soñaba con un payaso que quería matarme.

No acostumbro a tener ese tipo de sueños, pero siempre hay una primera vez. Bajo mis pies de la cama y quedan colgando por la orilla de ésta. Mis pantuflas de Stitch yacen en la alfombra rosa.

¿Mis padres habrán vuelto ya? Me levanto y me pongo las pantuflas, camino a la ventana y aparto las cortinas. El resplandor de la luna llega a mi rostro, al lado de ésta siempre sale una estrella muy brillante y destaca de todas las demás.

Un relámpago me deja desorientada por un momento, no hay coches afuera por lo que mis padres no han llegado. Un fuerte trueno resuena por toda la residencia y me hace pegar un brinco, pero ese no fue el único sonido que escuché y proviene de la habitación de mi hermano.

Padre dijo que volvería pronto, que solo irían a ver una película al cine, mamá se veía hermosa y él muy elegante, dado que tenían que cuidarnos a mi hermano y a mi, no tenían mucho tiempo para ellos. Aceptamos quedarnos solos con la condición de que regresarían pronto. Pero no, quizá se descompuso el auto.

Camino fuera de la habitación, siendo guiada por la luz de la lámpara de estrella al lado de mi cama. El pasillo está oscuro y agradezco que la habitación de mi hermano esté a una puerta del mío. El pomo de la puerta está frío al entrar en contacto con la piel de mi mano, lo giro y la puerta se abre con un leve chirrido.

El interior está completamente a oscuras y parpadeo para que mis ojos se adapten, doy tres pasos dentro y mis pies tropiezan con algo en el suelo y estoy a punto de caer pero logro mantener el equilibrio con mis brazos estirados a los lados, seguro el desordenado de mi hermano dejó su mochila en el suelo.

Recupero mi postura y empiezo a caminar con mis brazos frente a mí por si llego a tocar algo.

—¿Tobias?

Silencio #1 No Fue Mentira [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora