Capítulo 11 Maratón 5/5

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—¡Bájame ahora!- Grite, lo mas que pude. Mi garganta estaba ardiendo, por tratar de gritar y no poder. Me quedaría afónica pero no importaba.

—¡Mierda que me bajes!- Comencé a golpearle la espalda, pero solo recibí una nalgada y esta fue mas fuerte que la anterior. Calle carcajeo y siguió caminando sin importarle el silencio y las miradas que se producían en la cafetería.

Al llegar al estacionamiento, el cual estaba solo. Calle me bajo y lo primero que hice fue darle una cachetada, dejándole mi mano marcada en su mejilla.

—¡Uy! Que gatita- Dijo sobando su mejilla.

—Te mereces eso y mucho mas. ¿Qué piensas? No tienes derecho sobre mi Calle, no puedes hacer algo que yo no quiera. No eres nada mío.

—Pero bien que compartiste ‘Sexo secreto’ conmigo.

—¡Cállate! ¿Lo recordaras todos los días de mi vida?

—No me digas que te arrepientes.

—Pues si! Si me arrepiento- Calle levanto una ceja sínicamente y me tomo por la cintura pegándome a el.

—Pues eso no lo decías cuando estabas gimiendo de placer. Y aceptémoslo Poché.- Se acerco a mi oído y con voz ronca dijo. –Te mueres por que entre en ti una vez mas- La mire asombrada. ¿Dónde estaba el Calle del fin de semana? ‘Patán, es como los demás’.

—Pues no, fíjate que no.

Me pego a ella y pude sentir su gran erección. Gemí al instante y me aventure a mirarla a los ojos. Negros de pasión. Sus labios estaban tan cerca de los míos, solo con acercarme un poco y podía sentirlos. Pero no, yo no daría el primer paso.

—Te mueres por que en este mismo momento te bese- Murmuro diciendo toda la verdad.

—Si- murmure. Calle sonrió. —No cantes victoria, es solo que Mario me a dejado un mal sabor de boca-

Levante mi ceja y Calle me soltó bruscamente. Casi aventándome. Lo mire sorprendida, el estaba furioso. Llevo sus manos a su cabeza y despeino su cabello, como si estuviese frustrado. Luego se acerco a su carro y golpeo el vidrio. El sonido del vidrio quebrado me hizo tapar mis oídos y estremecer. Lo mire confundida. ¿Qué mierda le estaba pasando? Luego mire su mano, estaba ensangrentada. Mi corazón se acelero mas de lo normal.

—¡Dios mío Calle!- Corrí hasta el tome su mano. La respiración de Calle estaba agitada, pero seguro que no era por dolor.

—Déjalo así.

—¿Qué? No me pidas eso. Vamos inmediatamente a la enfermería.

—No- Murmuro seco. —No queremos que las porristas ni mucho menos Mario nos vean juntos. ¿Oh si?- Mi estomago se retorció al escuchar eso. Había estado mal lo que dije.

—Mierda, Calle no seas infantil ¿Quieres? Anda- Trate de moverlo pero fue imposible. Seguía con su actitud. Bufe estresada lo mire fijamente. —Por favor, Calle- Suplique y dicho esto, con delicadeza junte nuestros labios. Era un cálido beso, mis manos se enredaron atrás de la nuca de Calle, dio una leve mordida en mis labios. —Por… favor- Susurre sin dejar de besarlo. Esos labios eran perfectos. Suaves y tan deliciosos.

—Bien- Susurro. Me separe de ella lentamente para verlo a los ojos. La furia se había ido, y un lindo brillo había aparecido en estos. Le sonreí y este me devolvió la sonrisa.
*

—Bien, hemos llegado- Dije mientras me estacionaba frente a la casa de Calle. Lo había ido a dejar a su casa, ya que su mano derecha estaba fracturada y su auto sin vidrio.

—Quiero que te cambies las vendas de acuerdo a como te dijo la enfermera.

—Si, Poché, ya te he dicho que así lo hare.

Secret Sex CacheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora