Capítulo 16

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Narra Poché:

Mis ojos se abrieron a tope al sentir sus cálidos labios junto a los míos. Sentí una inmensa felicidad al ver que me había besado. ¡El me había besado! “Y claro Poché de tonta que se deja”. Comencé a moverme desesperada por que me soltara. Pero sus brazos me tenían atrapada. El beso fue brusco, pero a la vez sentía que al igual que yo también estaba desesperado por besarme.

—No sabes cuanto te eh extrañado- Murmuro en mis labios, y volvió a besarme. Esta vez no hice nada. Me deje llevar por aquel beso, que poco a poco se volvía a tornar tierno y dulce. Me separe de el para tomar oxigeno, y aproveche para mirarlo. Dios, como amaba esos ojos chocolate.

—Poché necesitamos hablar- Dijo y eso me sorprendió mas que nada. ¿Quería hablar?

—¿De que? ¿De cómo me trataste el lunes pasado?- Dije sínica.

—Poché yo- Llevo sus manos a su sedoso cabello y lo estrujo. —Vámonos.

—¿Qué? ¡No!

—¡Anda Poché!- Su mano izquierda tomo la mía y me percate de que ya no tenía la venda en su mano derecha. La tome y la observe varios segundos.

—¿Ya no te duele?- Pregunte.

—No, en lo absoluto- Medio sonreí y después regrese mi mirada a sus ojos.

—Poché, vámonos. Tenemos mucho de que hablar.

—Calle no puedo…

—¿Por qué? ¿Tienes miedo?

—¡No!, es solo que ya eh faltado una semana, no quiero volver a hacerlo.

—Solo hoy, lo prometo- Lo mire varios segundos, el sonrió haciendo un pequeño puchero, haciéndome sonreír.

—Solo hoy-Le dije suspirando. “Maldito sea Calle, por ser tan perfecto”.

Calle sonrió victorioso, me atrajo hacía si de manera que pude respirar todo su aroma varonil. Me llevo hasta el copiloto de su auto, donde me abrió la puerta, me ayudo a sentarme bien cerro mi puerta y luego rodeo el auto para subirse al piloto y comenzar a conducir.

En el camino, Calle volteaba a verme, podía sentir su mirada en mí. Mas sin embargo, no me digne a verlo a los ojos. Solo miraba por la ventanilla. En realidad estaba dolida por todo lo que había pasado, pero la esperanza de que todo se arreglara aun estaba en mi corazón.

Después de un largo y silencioso camino, Calle se estaciono en una playa al parecer privada, ya que estaba un gran portón con candado. Bajo del auto y rodeo para abrirme. Me ofreció su mano la cual acepte.

—¿Qué es aquí?- Pregunte curiosa.

—Ya lo verás- Cerro la puerta y luego activo la alarma.

Uno de sus brazos se poso en mi cintura, mientras me dirigía a la entrada del gran portón. Saco unas llaves y abrió el candado. Al abrir el portón, este rechino, haciendo que tapara mis oídos. Entramos y Calle volvió a poner el candado cerrándolo. Miro a los lados y luego sin decir nada me abrazo por atrás. Respiro el aroma de mi cabello y luego comenzamos a caminar.

—Te eh extrañado tanto estos días- Murmuro en mi cuello mientras me daba un leve beso.

—¿En serio?

—Si- Me dijo sonriendo, caminamos unos pasos y me di cuenta de que había una cabaña algo grande, luego mire hacía el frente y me di cuenta de que era un mar no tan grande, mire a mis pies y me encontré con la arena.
—¿Te gusta?- Pregunto, lo mire sonriente.

—¡Me encanta!- Dije sin dejar de sonreír, quite mis tacones y los avente cerca de la cabaña. Comencé a jugar con la arena, dejando que esta tocara mis pies descalzos. —Mi pedicura se arruinara, pero no importa- Dije y el río. El cielo comenzó a nublarse, y el sol poco a poco desapareció.

—Ven, vamos a hablar- Dijo, me dio su mano y lo seguí. Nos sentamos en la arena, justamente frente al mar. Poché quito sus zapatos, y suspiro.
Me miro unos segundos, y quito uno de mis mechones que el aire había puesto en mi cara. Lo llevo atrás de mi oído y sonrió. —Eres tan hermosa Poché- Le sonreí. —No tengo un discurso o algo así, Dios, Poché perdóname por como te trate el lunes. Yo no quería hacerlo, pero me sentía tan dolido que no pensé en las cosas que dije.

—¿Dolido?

—Si, Poché heriste mi orgullo. No, heriste mi corazón. Yo te declare mi amor & tu lo que hiciste fue huir.

—Lo lamento- Agache mi cabeza. —Yo no sabía lo que sentía por ti en esos momentos.

—¿Ahora lo sabes?

—Si- Volví a mirarlo a los ojos. —Ahora lo se.

—¿Me lo dirás?- Asentí sin dejar de mirarlo. —Bien, te escucho.
“¿Le dirás Poché? Le dirás? No puedes hacerlo!” Pero esta vez, no escuche a la culpable y orgullosa vocecita de mi cabeza. Lo mire sonriendo.

—Siento que- Mire sus ojos. —Que cada que veo esos ojos chocolate y penetrantes, siento que estoy perdida, que cada que esos labios hacen contacto con cualquier parte de mi piel, muero en vida, que cada vez que toco ese cuerpo, Dios, creo que me vuelvo loca. En realidad, que cada que te veo, mi corazón da brinquitos y mi estomago se revuelve. Siento que yo- suspire. —Estoy enamorada de ti…
Calle sonrió.

—Dios, Poché. Te amo- Dicho esto, se acerco a mí y me beso.

—También te amo Calle- Dije separándome de el, la felicidad invadió cada parte de mi ser, una gran sonrisa apareció en mi rostro, y en mi corazón. ¿Cosa mas feliz que esta? ¡Ninguna! Nos habíamos declarado nuestro amor, y podía ver en sus ojos que era real. —Tenemos que celebrar esto- Dije y el frunció seño. Me levante y comencé a quitar cada prenda de mi cuerpo.

Secret Sex CacheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora