Capítulos Diez

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Nathaniel

Todos llegamos a sentir en nuestro interior, aquel sentimiento que es tan difícil de describir, aquel que no puede expresarse con palabras y que es como un descontrol de tantas cosas. Un revoltijo en nuestro interior que se caracteriza por no saber que hacer.

Desesperación... Miedo...Ansiedad... Emoción... Locura, en cosas que se mezclan como una bomba que estalla dentro de nosotros quizá en los peores momentos. Una mezcla agridulce que te deja en un limbo inoportuno.

Mi cabeza palpitaba con fuerza, me arrastro en el suelo intentando salir de allí, ellos entrarían, en cualquier momento lo harían y yo tenía que ayudar a sacar a todos de aquí antes de que eso pasara.

Me levanto del suelo y aún me siento aturdido, el golpe de mi cabeza contra el suelo cuando caí de la silla me ha afectado más de lo que pensé, me siento desorientado y mareado.

Camino hasta la puerta agarrándome de la pared, intentando avanzar lo más rápido que puedo sin caerme de cara contra el suelo. Salgo de aquella habitación, escucho los gritos, pero no los entiendo, me acerco hasta la última habitación y tomo a Maddie de la mano que sale de allí junto con la chica Collin. Tenía que llevarlas a la habitación de mamá y papá, allí había una puerta de escape secreta que desemboca en el patio del vecino de enfrente, esa era su salida.

—¡Nathaniel! ¡Ve con tu madre y tus hermanos, yo me quedaré aquí! ¡Váyanse! —Grita papá y yo me detengo en seco.

No pensaba dejarlo aquí solo, miro a mamá y a mis hermanos, ellos tenían sus armas, sabían cuidarse, no podía dejar a papá solo en un momento así.

—No puedo dejarte aquí solo, dejaré a mamá en el túnel y vendré a ayudarte —Hablé firme, pero recibí la mirada de desaprobación inmediata de mi padre.

Le sostuve la mirada, hasta que Lauren nos interrumpió apurada.

—¡Nos van a fusilar si nos quedamos aquí! ¡Ayudaré a tu madre y a tus hermanos, pero salgan de aquí si no quieren morir! —Nos gritó y fue como si nos hubieran hecho entrar en razón. Aunque no confiara mucho en ella, tenía razón, ninguno podía quedarse aquí, había que salir ya de este lugar.

Nos miramos una última vez antes de asentir, papá entro a la habitación y yo entre luego de Lauren, mis hermanos habían corrido la cama ya y estaban bajando a Maddie al túnel, supuse que mamá y Camille ya habían bajado.

—Nathaniel, rueda el gabinete para bloquear la puerta, chicos ustedes bajen ya. Lauren tú también, baja —Ellos asienten, los chicos más calmados que la chica Collin quien rueda los ojos antes de hacer lo que papá le dice y yo corro para mover el estante.

Lo empujó y coloco frente a la a puerta para crear una barricada, en ese mismo momento escucho un estruendoso ruido viniendo de fuera de la habitación, comparto una mirada con papá y los dos sabemos que está pasando.

Habían entrado.

—Entra de una vez, Nathaniel —Asiento y voy hasta la escalera para empezar a bajar, papá baja sobre mi trayendo la puerta de hierro para cerrarla.

Sabía que la cama de movería automáticamente apenas la puerta de cerrará, era un pequeño truco que papá había puesto hace años, todo queda en silencio, solo se escuchan de lejos los murmullos de mis hermanos y mamá, mi corazón palpita dentro de mi pecho como una locomotora a toda velocidad.

No sé por qué estoy tan nervioso, saco mi celular de mi bolsillo y enciendo la linterna, el largo pasillo se alumbra y nos deja ver otro brillo no muy lejos que seguro es del celular de alguno de los demás, papá y yo caminamos hasta allí, un poco apresurados, no sabíamos cuánto les tardaría encontrar la salida de emergencia a esas personas.

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