Capítulo Doce

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Nathaniel

Las cosas no podían estar peores, el auto se había quedado sin gasolina y además tenía una rueda pinchada, estábamos en uno de los famosos atajos que siempre tomaba papá para llegar más rápido a cualquier lugar y lo único que nos rodeaba era la vegetación ¿Sabía él siquiera donde estábamos?

Saque mi celular e intente ubicarme en el mapa, pero ¡Oh, sorpresa! No había señal.

Por algo no me gustaba mucho salir de casa.

—Nathaniel, ven aquí. No debemos separarnos —Habla mamá y me acerco hasta ellos.

Todo había empeorado cuando esos tipos nos había encontrado y el tonto de Ed se había caído de la camioneta, Charlie lo atendía ya que no se había podido limpiar las heridas y podía infectarse, y yo mientras vigilaba a la chica Collin.

—No es por nada, pero ¿Puedes dejar de mirarme así? Pareciera que me estás haciendo un hoyo en la espalda —Se acerca hasta mí y se sienta en el suelo, a mi lado. Solo esperaba el momento de largarnos de aquí y llegar a un lugar seguro —Si hubiéramos ido a mi casa nada de esto hubiera pasado, quedaba cerca y yo...

—Guárdate tu palabrería para otro momento Collin, no estoy de humor para tus cosas —La miro y ella solo me da una mirada ofendida e indignada.

Ya iba a empezar...

—Me importa una hectárea de rábano si no estás de humor, puedo decir lo que se me da la gana cuando se me dé la gana y tú no eres quien, para mandarme a callar, Nathaniel —Parecía que iba a empezar a lanzar espuma por la boca en cualquier momento, no había mucha diferencia entre ella y un perro rabioso en estos momentos —Solo te estoy diciendo que se hubieran ahorrado todo esto, mi familia puede ser lo que son, pero, ante todo, no matan a diestra y siniestra a nuestros invitados y a pesar de todo, seguimos siendo personas, cuando alguien necesita ayuda... La brindamos.

Por un momento, la forma en la que lo dijo parecía dolida, como si realmente a pesar de esa capa dura y egocéntrica de su personalidad, se escondiera una chica que al igual que muchos, solo sobrevivía a lo que la vida le había dado, pero bueno, estamos hablando de ella después de todo ¿No? Ella no sabía lo que había pasado, era como si no conociera a su familia realmente,

—Así que mueve el trasero y empieza a caminar, si me matan por tu culpa haré que mi fantasma te persiga desde el infierno —Se levantó y se alejó de mí en dirección a mis padres, en serio, está chica era todo un caso.

Suspire y guarde bien mi teléfono en mi bolsillo, no quiero que se caiga y luego no tener con que comunicarme en caso de emergencia, papá y la chica Collin hablaban, ha por cómo eran sus expresiones no había mucho que decir, esos dos podían parecer unos bloques de hielo andantes carentes de emociones.

Mi cabeza iba a empezar a crear escenarios catastróficos sobre la situación cuando alguien jalo el borde de mi camisa, baje la cabeza para encontrarme con la pequeña de cabellos rubios, no pude evitar que una sonrisa apareciera en mi rostro.

—Hola, pequeña.

—¿Adónde vamos a ir ahora, Nath? ¿papá tomara prestado otro auto? —Pregunto en la totalidad de su inocencia y yo quise abrazarla y prometerle que todo estaría bien.

Pero realmente, a pesar de eso, mi boca y mis pensamientos casi siempre suelen estar en una lucha constante en tomar el control de mí.

—No lo sé, Maddie, seguro papá y mamá tienen algún plan, pero no es bueno que nos separemos así que vuelve con mamá ¿Sí? —Revolví su cabello con cariño y ella me regreso una de sus hermosas sonrisas mientras asentía.

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