Capitulo Dieciséis

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Nathaniel

Mis manos temblaban ¿Cómo había pasado? Lauren cerraba los ojos lentamente mientras la sujetaba entre mis brazos, rápidamente escuché otro disparo seguido de un grito de dolor, pero no podía despegar mi vista de la azabache.

—Nathaniel... Tengo que decirte una cosa... —Asentí, ella miro hacia su pecho, allí se veía el agujero de la bala en mi camisa —Eres...

Mis hermanos se habían acercado a ver lo que había pasado con Lauren, mi hermana ya estaba a punto de quitarme a la chica de los brazos para revisarla cuando de repente, para sorpresa de todos, se empezó a reír de una forma tan loca y estruendosa que por un momento tuve el impulso de soltarla al pensar que estaba poseída.

Reía tanto y tan fuerte que hasta había empezado a llorar de la risa, lloraba y reía, era una escena un tanto perturbadora de ver.

—Nathaniel, Nathaniel ¡Debiste ver tu cara! ¡Eres un completo iluso! —Gritaba mientras volvía a reír más fuerte, fruncí en celo pensando lo peor y allí fue cuando mi cabeza empezó a maquinar.

—¿Cómo diablos no estás muerta si te dispararon loca de pacotilla? —Pregunté mientras la suelto obligándola a levantarse para no golpearse con el suelo —Eres como una cucaracha, Lauren Collins. Te matan y te reproduces.

—Ugh, que fea comparación ¿No pudiste decir un fénix? —Rodó lo ojos y se sobó el pecho para sacar de allí un medallón que yo conocía bastante bien, la mire incrédulo por unos segundos.

—Ese es... Es mi medallón —Casi me dieron ganas de llorar al ver ahora la hendidura echa por la bala en él — Es de cuando gane aquel concurso de natación ¡Era mi favorito!

—Ya, ya. Deja de llorar, solo es un medallón —Le restó importancia y volvió a meterlo dentro de su camisa a lo que la miré mal —Cuando te fuiste me di cuenta de que era de oro y pues... Si lo fundía podía conseguir algo de dinero.

—Eres una sucia rata rastrera... Voy a-

—¡Alto ustedes dos! —Grita papá rompiendo el silencio, su rostro se mostraba irritado quizá por nuestra pequeña escena — Dejen de gritar de una buena vez y caminen ¿Qué acaso no recuerdan que le dispararon? El tipo ya está muerto, pero si él nos estaba esperando no tardarán en llegar sus amigos ya que saben que hemos vuelto, arriba y andando.

La mire mal antes de levantarme del suelo y sacudirme los pantalones, me había preocupado por esa mocosa por nada, Lauren era un dolor de cabeza en potencia. Mire de reojo como Charliotte la ayudaba a levantarse del suelo y le preguntaba si estaba bien a lo que ella no dejaba de sonreír, aún le seguía dando gracia la situación.

Me pregunto seriamente por qué no está encerrado en un psiquiátrico, necesita medicación esa loca.

—Medícate, loca —Susurro mientras voy hasta donde papá y mamá quienes nos esperan para poder seguir avanzando, Maddie está abrazada a mamá quizá preguntado le qué había pasado hace minutos, de repente recibo un golpe en el hombro.

—Te escuché, estúpido —Gruñe mientras se soba el pecho con la mano, en el lugar donde la habían disparado. Mete una mano en su bolsillo y saca una bala de allí, la bala que por poco y no había atravesado su pecho, estaba casi en perfectas condiciones —Voy a hacer un collar con esto y te lo regalaré en compensación de tu medallón ¿Feliz?

—¿Para qué quiero yo la bala que casi te mata? —Pregunto confundido mientras ella vuelve a guardar el objeto en su bolsillo —En serio, a veces no sé qué diablos te pasa en la cabeza.

—Voy a dártelo como un recordatorio de que me salvaste la vida, estaba vez si fuiste tú —Hace una pausa y mira sus tenis manchados de sangre —Gracias...por preocuparte, ya sabes.

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⏰ Última actualización: Apr 16, 2022 ⏰

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