capitulo 6

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Ava Leicen Romanov

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Ava Leicen Romanov

Presente

  Estaba allí parado, mirándome como si esperara algo ¿de mí? No tenía idea, y no me quedaría averiguarlo, tengo mucha hambre y no es que llegar al palacio me haga ilusión, pero mis tripas me lo piden.

Le regalo una sonrisa rápida a forma de despedida y me dispongo a caminar al coche que está esperándome en dirección opuesta a él, mientras camino siento su atenta mirada en mí, me dan intenciones de voltear, pero no lo hago.

Al llegar al parqueadero noto que no hay ningún coche allí, y mi cabeza hace clic; era lógico que no hubiera nadie pues el chofer fue notificado por la educadora Margo y no llegaría hasta que no hayan transcurrido las tres horas del castigo.

Aburrida regreso a la entrada principal dispuesta a entrar en el formatorio nuevamente, veo a daren que sigue apoyado contra el árbol mirándome de forma divertida, pero era muy sutil, tanto que casi parecía que lo imaginaba, ya lo sabía, sabía que no había un coche esperándome y aun así no me dijo nada, baya modales, modales que creí que tenía por su porte.

Ahora que lo pienso, verlo con ese traje (blanco) tan elegante y recostado contra ese árbol (sucio) con ese aire de relajación, hace crear en mi un conflicto respecto a cómo veo su persona, no sé si es un joven guapo y rebelde que no le importan las etiquetas, o un joven guapo educado y que le importan mucho las etiquetas, quizá sea ambas, pero ¿cómo puede ser las dos a la ves? ¿Si simplemente una contradice a la otra?

—¿en qué tanto piensas?—pregunta de repente en un tono que me parece muy cercano a la burla

No me había dado cuenta de que estaba ahí parada observándolo sin disimulo alguno, fue su pregunta la que me aterrizo y no pude evitar sentir un poco de vergüenza, pero no se lo deje ver.

—nada— respondo tajante y de inmediato como si el supiera en que pensaba y yo intentara despistarlo, aunque obvio no lo sabía.

—¿Qué aras las dos horas que nos quedan libres?—suelta un poco seco y desviando el tema totalmente.

—¿por qué tendría que decírtelo? no te conozco— digo cruzando mis brazos sobre mi pecho y ladeando un poco mi cabeza.

—wau, la gran princesa de Rusia no es tan educada después de todo— suelta enderezándose del tronco y tomando su bastón para luego mirarme... ¿desafiante?

Toda mi valentía se va y bajo los brazos a la vez que mis ojos se abren de mas, caramba creo que la embarre. No hallo que decir, estoy sorprendida por la manera en la que me hablo, aparte de que nunca respondo así, amenos no fuera de mi cabeza, ¿qué puedo decir para remediarlo? No me quiero disculpar como una tonta, pero tampoco quiero que tenga una mala impresión de la chica que se supone es la hija del rey.

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⏰ Última actualización: Nov 30, 2021 ⏰

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