Capítulo Especial II

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—Su misión será escoltar a uno de los sabios del concejo de magia— Tras esas palabras dichas los 3 nos sorprendimos, era una misión de alto nivel. No era nada fácil, la concejeria de magia pensó bien en cómo probar mí poder.

El director nos asigno una misión a nosotros 3, era la oportunidad perfecta para que yo sorprendiera con mí poder para ver si podía optar por volver a mí vida normal.

Después de aquélla charla que sostuvimos con el director, nos dirigimos a seguir con nuestras clases como normalmente lo hemos hecho.

Esperando el día de que la misión llegase, yo estaba impaciente ya que iba a tener que liberar todo mi poder y era todo, podría optar por seguir mi vida normal, y no tener que involucrarme más en el mundo de la magia, esa eran mis expectativas sobre lo que pensaba del mundo de la magia, un mundo donde cualquiera no le importaba cegar los sueños de otros para continuar los suyos, uno donde los sensibles al maná eran forzados a estudiar el camino de la magia sí o sí, yo quería también llegar a la cima para crear un mundo donde los sensibles al maná y los humanos comunes socializaran y se llevarán totalmente bien. Sin que la sociedad mágica se tenga que esconder, o inculcar a su descendencia que tienen que ocultar sus poderes sí o sí, es un regalo que se nos dio a todos los sensibles al maná, tener poderes... Pero era lo que se debía hacer para evitar que toda nuestra sociedad no saliera a la luz, ya que nadie sabe a ciencia cierta que pasaría si nosotros y los humanos comunes se juntaban.

Yo quería formar parte de la vida "normal" que llevaban los humanos comunes, pero desde que fui vendido ese sueño se me fue destruyendo poco a poco, que una organización tenga todos mis derechos legales y sea su títere hasta el final de mis tiempos es algo muy difícil, pero... Lo hice para ayudar a mi familia, eso es algo que por un lado es positivo, y es lo único que me tendrá de pie si en algún momento llegará a ser un mago profesional, es decir... Tengo todo lo necesario, tengo el poder, el entrenamiento... Pero aún así me hace falta la experiencia, seguramente eso era lo que querían los sabios, otorgarme experiencia a base de venir a aprender todo lo que ya me sé, pero aún así tenía muy presente mi sueño, que era volver a mí vida real.

—Ojala lo pueda cumplir...— Concluyó sus pensamientos Aarón para luego quedarse dormido muy cómodamente en su habitación.

Al llegar el día siguiente, fuimos llamados de nuevo para la oficina del director. Nos dirigimos con mucha prisa, porque algunos se quedaron dormidos... Como yo.

—¡Disculpe por llegar tarde!— Exclamé tras abrir la puerta de la oficina del director, ahí estaban Alexis y Leonardo, ambos estaban mirándome con una sonrisa. Pase sin decir más nada y me senté en la silla, al parecer el director aún no había llegado.

—Por suerte llegué antes que él— Suspiré, mientras saludaba a mis dos amigos.

Duramos un buen rato esperando al director, que llegó como a los 20 minutos después. Nos saludo a todos, se sentó en su asiento y nos dio las instrucciones de la misión.

—Es algo sencillo, tienen que escoltar a un sabio del concejo de magia hasta la reunión de la asociación mágica de Tokyo, ese es su único trabajo— Nos dijo con mucha calma, es una misión sencilla para 3 estudiantes, no es como que si algo más fuera a suceder.

Fuimos directamente a el punto de la reunión, esperamos un rato y el sabio se subió al auto que lo iba a llevar.

—Hola, Aarón— Me saludo, pero yo no respondí el saludo, mis dos amigos se me quedaron mirando con mucha sorpresa.

—¿Conoces al sabio?— Me preguntó Leonardo con mucho interés en saber, sus ojos me estaban mirando fijamente. —Si, si lo conozco— Respondí y me enfoque en la misión que se nos acaba de otorgar, es algo muy fácil, todo iba a salir bien me repetía una y otra vez en mi mente.

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