Nuestro lazo [BSD]

capítulo 3

Shiori.

Eran las nueve de la mañana y salí de casa, por suerte mamá no estaba en modo sobreprotector y me dejó explorar. Iba a llevar a Asahiri pero seguía dormida. Salí de casa y me encaminé al muelle donde se encontraba esa ciudad.

Mientras caminaba me dispuse a observar todo con atención, sin duda Yokohama era algo diferente a Juneau, era más ruidosa y claro, más grande. También estaba pendiente en si encontraba algún anuncio de alguien solicitando empleado en alguna parte. Mientras caminaba, llegué a un edificio rojo de ladrillos, ahora que lo recuerdo, el señor Fukuzawa dijo que su agencia quedaba de paso a mi casa, tenía una leve corazonada de que se trataba de este lugar.

Antes de caminar vi que alguien salió del edificio, era el sujeto con una obsesión con el suicidio, su nombre era... Ay lo olvidé, pero pude ver mejor sus vendajes ¿Se metía constantemente en peleas. Él comenzó a caminar en dirección contraria, supongo que no me vió. Bien, al menos ya confirmé que aquí se encontraba la famosa agencia.

— ¿Será que Atsushi se encuentra ahí? — me tente a entrar pero inmediatamente rechacé la idea — . Debe estar muy ocupado.

Seguí mi camino rumbo al muelle. Al llegar me adentré a dónde parecía ser el camino para llegar a dicha ciudad. Al llegar me llevé la sorpresa de que era como estar en un pedacito de Latinoamérica, pero con la diferencia de que era Japón. Ahora ¿Qué iba a hacer? No tenía ni una pista y ni siquiera recordaba el nombre de ese chico, la única pista que tenía era su habilidad y rasgos faciales... Pero no creo que eso sea de ayuda.

Comencé a caminar por aquella ciudad, buscando una pista o algo. Ya cansada, decidí que lo mejor era preguntar, me acerqué a un grupo de mujeres y les pregunté cómo se originó este lugar. Una de ellas me dijo que se originó por una explosión que hubo hace tiempo.

— así que una explosión — me dije a mí misma mientras caminaba — . Debió de ser muy grande, el tamaño del cráter da miedo.

Entonces me encontré con un grupo de hombres que se veían sospechosamente peligrosos y de dudosa procedencia judicial... Me acercaré a preguntarles. Caminé hacia ellos y sin siquiera decir algo esos tipos comenzaron a gritar que qué quería o quién era, todo con palabras altisonantes, claro. Creo que no ví las banderas rojas.

— hola, eh, disculpen yo, estoy buscando a alguien...

— ¿De quién se trata? — preguntó uno muy borde.

Tragué duro debido al miedo — . Ah, yo no recuerdo su nombre pero... De casualidad ¿Conocen a alguien que controle la... Gravedad?

Pensé que me tirarían a loca pero empezaron a verse entre ellos, como si ocultaran algo — . Depende, ¿Quién pregunta?

— ¿Quién... ?

— ¿Qué trato tienes con el jefe Chuuya, mocosa?

¿Chuuya? Un repentino dolor de cabeza se hizo presente al escuchar ese nombre... ¿Ese era? ¿Así se llamaba? Al no decir nada uno de los gorilas que estaban frente a mí me tomó bruscamente del brazo.

— ¡Te estamos hablando perra!

Debí pedirle a Atsushi que me acompañara... Esto se estaba poniendo feo, los tipos me estaban rodeando dejándome sin salida.

— por... Por favor no quiero ningún problema, sólo quiero saber dónde encontrarlo...

— el jefe no tiene tiempo para tratar con putas como tú — ¿Cómo me llamó? — . Pero, ya que estás aquí, podríamos divertirnos un rato, dulzura — esa sonrisa lasciva me lo dijo todo, ¿En qué me metí?