Benedict sonrío, se sentía feliz de su respuestas y nuevamente la abrazo.
-Tranquila, haremos todo lo que quieras, en el momento que quieras- asegura el. No la obligaría a nada, se quedaría que su lado y la cuidaría en esos momentos.
-Gracias- respondió tranquila sonriendo, entonces un lloriqueo nuevamente los interrumpe. Esta vez era del hermano mayor de Minerva.
La puerta se abrió dejando ver al matrimonio abrazándose, Marcoh lloraba mientras que Azula lo consolaba.
-Mi dulce hermana...mi pobre hermanita...mi pequeña...- lloriqueo su hermano.
-Ya, ya, lo hiciste bien, la ayudaste- consuela su esposa, quien sonrio hacia los chicos feliz y como pudo cerro la puerta.
Se escucharon los pasos subir al piso de arriba y encerrarse a un cuarto.
-Nos espió- asegura Minerva, Benedict igualmente observaba la puerta.
-Ambos, tu hermano es muy sentimental- confiesa Benedict, ambos rieron bajito porque eso era verdad.
-Es muy amable, no seas grosero- le regaña medio a broma Minerva.
-Esta bien- responde Benedict.
Ambos jóvenes, subieron a la habitación asignada acomodar sus cosas. Luego de aquel día, los siguientes pasaron muy felices con la familia.
Dormir juntos en la primera noche los puso nerviosos al principio, pero luego se acostumbraron y descansaron mejor que por separado.
Finalmente había llegado el día que Minerva y Benedict debían volver.
-Vendre otro día o ustedes vengan a visitarme- ofrece Minerva gustosa.
-Muchas gracias por su visita, iremos en las próximas vacaciones de Marcoh- responde Azula.
-Claro, manden una carta avisando- pide amable Minerva.
-Ya está todo- dice Marcoh.
-Adios Cesar, cuidas a mamá y hermana- se despide Minerva, curiosamente el niño que era un diablillo fue muy dócil ante la joven.
-Si...- dice avergonzado y confiado el niño, Minerva sonríe y lo abraza.
Observa a la bebé de Azula con cariño y ya lista camina afuera, junto a Marcoh. Benedict ya estaba en el auto en la parte de atrás.
Ambos hermanos suben al auto, aunque esta vez Minerva sube atrás junto a Benedict sorprendiendo al chico. Su hermano no dijo nada.
Cuando encendió el auto e iba girar para tomar rumbo a la estación, alguien se pone frente y Marcoh tuvo que frenar en seco. Minerva reconoce al joven y comienza a temblar, Marcoh aprieta sus manos en el volante.
Benedict por la reacción de ambos jóvenes comprendía de quien se trataba, así que solo abrazo a Minerva, dejando en claro la rabia del otro.
-Cuanto tiempo, Mirei- pronuncia su apodo.
-Maldito sea, quítate de allí o te paso encima- vocifera Marcoh con odio.
Benedict se baja del auto, gracias a que cuando subió Minerva pudo ponerse de la parte de la puerta.
-Asi que...¿tu eres el chico que impidió que mi prometida fuera a mi lado?- pregunta Esteban con enojo.
Benedict lo observo serio, estaba demasiado furioso por sus comentarios.
-¿Prometida? ¿Tú? Lamento decírtelo, pero soy el único chico que ella quiere a su lado- afirma Benedict.
Eso colmo la paciencia de Esteban quien se lanzó a por el, Benedict lo esquiva y luego le da una patada clavando su tacón. Esteban suelta un sonido de dolor.
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Enamorada del cartero.
FanfictionUna chica siempre lo observaba pasar desde su ventana, a veces el iba corriendo y otras en su motocicleta, un día se armó de valor y se acercó.