Capitulo 11.-

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Después de ese día Benedict ha estado evitando notoriamente a Minerva, con ayuda de los demás quienes ya sabían de su plan y el porque iba pidiendo hors extras.

Al chico se le notaba cada minuto más emocionado, en cambio Minerva cada minuto era un granito más de culpa y ansiedad en ese reloj de arena.

-Violet- llama Minerva a ver su amiga rubia.

-Buenas tardes- saluda Violet.

-¿Sabes cuando termina Benedict su trabajo este día?- pregunto Minerva ansiosa.

-No, últimamente hay mucho trabajo- confiesa Violet, lo cual no era mentira.

-Oh...bueno- dice Minerva desilusionada.

-Pronto será mi tiempo libre, hay algo que debo decirte, ¿podrías esperar?- pregunta Violet.

-Ah, claro- responde Minerva confundida, era inusual que ella pidiera de su tiempo.

Se quedó en uno de los asientos para los clientes y espero observando el suelo. Estaba ida y un poco triste, no ver a Benedict luego de aquel comportamiento que tuvo no la ha dejado trabajar con algún relato. No lograba concentrarse en nada.

Las demás dolls notaron sus ánimos finalmente y todas se observaron culpables, suspiraron, solo debían aguantar hasta mañana. Mañana será el gran día.

-Ya estoy- avisa Violet, Minerva sale de sus pensamientos, se levanta y ambas caminan en silencio.

La peli negra se deja guiar por la rubia, al final Violet elige una cafetería cercana a la casa de Minerva.

-Bienvenidas- dice una mesera, ambas saludan.

La guían a una mesa y luego de ver el menú solo ordenan café y te.

-¿Que era lo que necesitas decirme?- pregunta Minerva curiosa.

-Mañana me voy- suelta al punto Violet.

Para acabar el momento emocional de Minerva no era bueno, esto era un golpe demasiado, ninguno de los dos está.

-Oh...¿a que horas?- pregunto Minerva, comenzaba a sentirse poco a poco una emoción negativa.

-Por la noche, es un barco que ha tardado en llegar y finalmente podre ir- confiesa Violet, Minerva observo a su amiga, su inexpresivo rostro era más dulce y feliz. No quería ser egoísta así que igual se forzó a sonreír, aunque por dentro no estaba bien.

-Claro, iré a despedirte- asegura Minerva, Violet asiente.

Ambas chicas toman sus bebidas, luego se despiden y cada una va por su lado. Minerva corre a su casa, al entrar cae al suelo de rodillas y comienza a llorar.

¿Por qué ahora? ¿Por qué ninguno de los dos está? ¿Qué está pasando? ¿Hice algo malo? ¿Es por mi problema?

Poco a poco se iba hundiendo, no comprendía muchas cosas y siempre llegaba la conclusión de que el problema era ella. Siguió llorando, hasta lograr calmarse.

Se levantó, aún se sentía pésimo así que no preparo nuevamente comida, solo fue acostarse. Continuo llorando otro rato, hasta quedarse dormida.

Desperto justo cuando estaba amaneciendo, las penumbras y sombras hacia que su humor y el momento concordaran. Una leve esperanza cruzaba en su ser, tan fugaz, pero intensa.

Eso la hizo levantarse, se puso otras ropas, pero no se peino ni maquillo, para más comodidad se puso unas botas, comenzó a correr hacia la compañía postal CH primero. Al llegar entró agitada.

-¿Esta Benedict?- pregunta, el único que se encontraba era Hodgins.

-No, ya habrá salido, pero lue...- comenzó a decir, Minerva salió corriendo para otro lado.

Enamorada del cartero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora