Regresando a Casa

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Ante los ojos de Harry, quien pensaba había vuelto a casa, vio la maltrecha puerta de entrada aparecer, algo que le llamo la atención, paredes sucias y ventanas mugrientas, Harry se preguntó si en tan poco tiempo que no estuvo en casa todo se pudo ensuciar tanto. Se quedó mirando boquiabierto, mirando la aldaba de serpiente retorcida, al menos esa estaba limpia. Se escuchó el ruido metálico, algo que no recordaba escuchar, la puerta se abría sola y no sonaba como cadenas, pero al final la puerta se abrió en un chirrido y entro, tendría que preguntarle a la abuela Walburga que pasaba.

Entro a la casa y se quedó sorprendido con el vestíbulo, ¡valla! Tenía mucho que preguntar, la casa parecía llevar años abandonada, incluso podía compararla con una funeraria, aun recordaba cuando estuvo ahí y no tenía una apariencia tan horrida, cuando el último verano en que él estuvo ahí fue antes del inicio de su segundo año, la casa parecía llevar diez años abandonada al menos. incluso donde debería ir el cuadro del Abuelo Orión ya ni siquiera quedaba la silueta del cuadro y las paredes parecían rasgadas. Moody abrió el pequeño aparato, el cual encendió las lámparas de gas, dejando ver el débil papel tapiz, esto le sorprendió, el vestíbulo se veía lúgubre, la alfombra parecía roída por las ratas, las luces parpadeaban, como si no pudieran mantenerse encendidas mucho tiempo, pero la electricidad no estaba funcionada. Los retratos en las paredes se veían ennegrecidos por el tiempo, ni siquiera podría ver a quienes estaban dentro. La lámpara y el candelabro tenían telarañas sobre ellos, la forma de serpiente estaba cubierta de polvo y suciedad.

La señora Weasley fue a recibirlo, lo abrazo tan fuerte que Harry sintió que quitaba el aire, al parecer el encantamiento desilusionador había terminado

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La señora Weasley fue a recibirlo, lo abrazo tan fuerte que Harry sintió que quitaba el aire, al parecer el encantamiento desilusionador había terminado. Le explico que tenía que subir a su habitación, ya que había una reunión de la orden y era solo para miembros, Harry asintió, aunque le extraño que le dijera que fuera en silencio para no despertar a nadie, solo una razón se le vino a la mente, la abuela Walburga de mal humor.

Harry quería reír cuando vio a la señora Weasley pasar en puntillas delante del cuadro de la abuela Walburga, si, había vuelto a sus viejos años de gritar tan fuerte que retumbaba en toda la casa. Se dispuso a ir a su habitación en el tercer piso, al menos en un lugar conocido, aunque la señora Weasley lo llevo al segundo piso, el piso para visitas.

— Mi habitación es arriba — susurro sin comprender, cuando la señora Weasley se fue hacia un piso abajo. Se dio media vuelta, para ir a su cuarto cuando Hermione le abrazo, deteniéndolo.

— ¡Harry! ¡Qué bueno que estas bien! ¿Cómo estás? No te enfades con nosotros, teníamos prohibido decirte algo, Dumbledore nos hizo jurar no decirte nada, merecías pasar unas vacaciones en paz...lo de los Dementores, es horrible, pero ya investigué, no pueden expulsarte.

— Déjalo en paz Hermione, déjalo que respire — dijo Ron.

— No he pasado vacaciones en paz, sin noticias, aunque Dumbledore crea que es lo mejor, estaba a punto de salir a buscar noticias de ser por mi — exclamo Harry malhumorado, tenía que soportar a un primo vándalo y que me culparan de lo que hacía en casa, tío Vernon que ha querido matar a África...y un mini-dragón que está más activo que nunca.

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