Testamentos

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Harry despidió a Tonks, a Bill y al señor Weasley, regreso a su habitación mirando con detenimiento la piedra, preguntándose muchas cosas ¿Qué era lo que había visto? Tenía claro que los muertos no regresaban a la vida y que los cuadros solo son una representación de la persona pintada, al igual que los fantasmas, al ser magos o brujas que tenían tareas pendientes o temían lo que había después de morir, se quedaban con una imitación de vivir convirtiéndose en fantasmas, pero, no era un ser traslucido era la abuela Walburga la que vio, de eso estaba seguro.

Al llegar al cuarto vio a Ron y a Draco durmiendo o al menos a Draco intentar dormir dada la hora, Ron estaba roncando y Draco se cubría con la almohada la cabeza. Se acostó en la cama a descansar, a pesar de no estar cansando, varias cosas surcaron su mente como aquella imagen espectral que vio, estaba seguro que no era un fantasma o un eco, se parecía mucho al recuerdo de Ryddle, pero no se veía algún objeto del cual emanaba aquella figura, y lo que mas le llamo la atención fue que era la abuela Walburga, pero más joven.

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Un grito despertó a todos en la mañana, dos voces de muchachos quienes dormían en el tercero piso. Las luces de la casa se encendieron, las ventanas se abrieron, y un grupo bastante amplio de magos y brujas se despertaron ante el alarido, corriendo al cuarto donde venían los gritos.

Desde el piso intermedio entre el segundo y tercer piso, Tonks salió del cuarto aun con su pijama que consistía en una remera estampada con la imagen de las Brujas de Macbeth, Druella apenas llego a ponerse una bata que trasmuto. Sirius y Regulus bajaron corriendo desde el cuarto piso, uno con su pijama a franjas verdes y el otro con apenas un pantalón. Desde el segundo piso subieron los señores Weasley y Bill, los tres en pijamas, mientras sus padres tenían puestos batas largas, Bill llevaba una remera sin magas y un pantalón corto.

En la habitación de donde escucharon los gritos los gemelos acababan de hacer una aparición, estaban ahora sobre el colchón donde Ron se encontraba sentado. Draco Malfoy estaba sentando sobre otro colchón en el suelo, y tanto el cómo Ron señalaban a quien ocasiono que ambos gritaran, un elfo domestico que se había aparecido en el cuarto con una enorme rana de chocolate en la mano, el cual estaba sobre un colchón donde Harry Potter estaba despertando.

— Buenos días Kreacher — saludo Harry colocándose los antejos.

— Buenos días amo Harry Potter, su rana de chocolate de cumpleaños — dijo el elfo y la rana dio un salto hasta Harry.

— Gracias Kreacher — agradeció.

— Yo pesando que un mortifago se había metido — bromeo Tonks —. ¡Qué tierno! Le hizo una rana de chocolate a Harry por su cumpleaños... ¿Es hoy?

— Feliz cumpleaños cachorro — saludo Sirius más tranquilo, acercándose a abrazarlo.

— Sirius ¡Ponte algo! — gritaron la señora Druella y la señora Weasley.

— Feliz cumpleaños Harry, voy a hacerte tu desayuno de cumpleaños — lo abrazo Regulus.

—¡Una rana de chocolate gigante de parte del elfo! ¿Eso es de todos los años? ¡Genial! Kreacher mi cumpleaños es en marzo.

— Y el mío el 5 de junio, y no ando alardeándolo.

—¡Tu cumpleaños fue hace casi dos meses! — exclamo alarmada Tonks y no dudo en abrazar a Draco —. Y estabas en Hogwarts en ese entonces...pobrecito mi primito que no puede festejar su cumpleaños tranquilo, lo hacen estudiar y todo...como a mí.

Harry se levantó y el resto de la mañana pareció igual, todos lo fueron felicitando por su cumpleaños, y solo por ese día las tareas de limpieza fueron suspendidas. Hoppy hizo un enorme pastel de varias capas de chocolate con la forma de las cosas que más le gustaban a Harry, tenía figuras de escobas que volaban, una Snich dorada, y algunas figuras de azúcar de animales mágicos.

El Nuevo Black IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora