El sonido molesto del reloj martillaba en su cabeza. Las manecillas trabajaban en combinación para torturarlo de una manera lenta y perniciosa, como queriendo destrozar a su mente vacía que se aferraba a recuerdos lejanos para mantenerse de pie.
Harry, desvió su vista del reloj que parecía querer de toda su atención con aquel resonante ruido inverecundo que amaba colarse por sus tímpanos y retorcerse dentro de él. Vio a sus alumnos que permanecían atentos al examen sorpresa que había decidido dar. El salón se encontraba en un silencio pacífico, formado específicamente para que ellos pudieran mantener toda su concentración en la hoja llena de preguntas que tenían que responder, sin embargo, aquella pausa del ruido comenzaba a hacerle daño.
Para él, estaba siendo incómodo y enfadoso, obligando a su mente a encontrarse tan desocupada que se veía en la molesta necesidad de recordar todo aquello que el alfa deseaba olvidar. Cerrando sus ojos de vez en cuando, como si aquello pudiera, de alguna manera, borrar los recuerdos que tanto le dañaban y le afectaban, pero consiguiendo un resultado totalmente nulo al deseado.
Sus oídos buscaban cualquier ruido para prestarle atención, hasta convertirlo en algo realmente irritable y estresante; como los pasos de las personas que caminaban fuera del salón, los lápices al tocar y rayar las hojas de sus estudiantes o las malditas manecillas del reloj frente a él, encargadas simplemente de darle a conocer la hora, pero, de alguna manera, hipnotizándolo a tal punto que solo pensaba en lo mierda que puede ser el tiempo.
En como tan rápido se va, y en como otras veces va tan lento.
Un hilo de sudor bajó desde su frente, cayendo por una parte de su ojo que lo hacía ver como una imitación parcial de una lágrima, pero no lo era, realmente había un calor insoportable en el lugar y la ropa enlanada que llevaba no ayudaba. El aire acondicionado del salón de clases había sido reportado como dañado hacía más de una semana y Harry no comprende el por qué aún no lo reparaban, supuso que tal vez nadie había sido lo suficientemente directo con la gran necesidad que había dentro del aula, porque, de verdad, aquella instalación se necesitaba de urgencia. El espacio reducido y la cantidad de gente, sólo hacía que él se sintiera de un peor humor, y que piense, tal vez, que el universo seguramente está en su contra.
Un bufido severo salió de sus labios y se mezcló en automático con la pequeña tos que salió también de su boca. Apretó los labios y mordió un poco, observando, ahora, atentamente a cada alumno, manteniendo una vista de águila que no le permitiera a ninguno pensar en que podrían hacer trampa o algo por el estilo. Uno de ellos, un omega, distrajo su vista al sentir la pequeña tos de su profesor y conectó sus ojos con él, sintiendo un escalofrío en toda su espinal al recibir la dura mirada del alfa en él, tragó saliva y fue él quien comenzó a toser momentos después, obteniendo una ceja arqueada y un reproche en voz alta que lo avergonzó delante de todos los demás.
—Omega meticón, concéntrese en su examen. No quisiera que me volviera a joder con más oportunidades como la otra vez.
Había dicho, las notas que le ayudaban a hablar, saliendo tan escalofriantes que ni siquiera hubo burlas por parte de sus compañeros, simplemente se miraron entre ellos por unos segundos y volvieron su vista a la prueba. Sin embargo, el omega se sintió muy humillado, y por supuesto, sin poder hacer absolutamente nada.
Y es que, la irritación del mayor estaba peor que de costumbre. Si de por sí daba miedo, ahora era aterrorizante. Simplemente nadie podía hablarle sin recibir una gratuita e ilimitada humillación por parte del susodicho.
El alfa movió sus manos para juguetear con sus lápices mientras volvía a mirar la hora. Faltaba poco para que la clase terminara y su presencia en la universidad también, luego le esperaría un resto del día extremadamente largo y lleno de consultas por asistir.
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Amantes de Negro || LS
Fanfic𝐍𝐎 𝐒𝐄 𝐏𝐄𝐑𝐌𝐈𝐓𝐄𝐍 𝐀𝐃𝐀𝐏𝐓𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒, 𝐓𝐑𝐀𝐃𝐔𝐂𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐎 𝐏𝐋𝐀𝐆𝐈𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐒𝐈𝐆𝐔𝐈𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐇𝐈𝐒𝐓𝐎𝐑𝐈𝐀. Las cosas se ponen raras cuando un castusfóbico termina enredado con el posible alfa de su hijo mientras su...