Hoy he mirado atrás...
Lanny...
Nuevo día, nuevas decisiones por tomar. Hoy no amanecimos de buen humor, ninguno de los integrantes de mi familia estaba feliz y yo simplemente estaba enojada porque me habían levantado temprano nuevamente. Ya debería estar acostumbrado al horario estricto de mis padres, debería ser normal levantarme a las cuatro de la mañana un sábado para desayunar y salir a mis clases de piano a las siete, muy normal.. ¿no?
Todos estaban con caras largas, discutiendo unos con otros y mis primos se lanzaban miradas como si estuvieran compitiendo en quien sabe qué. ¿Por qué debíamos vivir todos juntos? Era incómodo incluso tener momentos privados en un lugar donde vive una manada, tal vez debería pedir como regalo una casa aunque me sea negada.
A mis padres les sobraba dinero, pero ante ojos de otros eran vistos como los más tacaños del siglo, creo que sí los nominaran fueran los ganadores de ese título. Y, que decir, incluso son avaros con su propia hija así que debo asistir al colegio con el mismo par de zapatos de hace cinco años y con la misma mochila ya que según mi madre "aún sirven"; pero realmente mis zapatos fueron pegados montones de veces en lo que va la semana y ya se dañó uno de los cierres de mi mochila, pero aún sirven.
Nunca he podido pasar tiempo con mis padres, mayormente mis tías eran las que cuidaban de mí o la niñera que ahora cuida de mis primos más pequeños. Si me preguntaran a cuántas festividades del colegio asistieron mis padres podría contarlas con los diez dedos y me sobrarían nueve, y siempre ha sido así. Estoy esperando a cumplir mi mayoría de edad y recibir mi carta de aceptación en la universidad más prestigiosa de los Ángeles, aunque mi madre quería que fuera a una de nuestro país natal. Ellos siempre han querido pensar y decidír por mí ya que, según ellos, no sé lo que quiero.
Quien sabe, tal vez este día traiga sus maravillas aunque las horas pasen lentamente. Ya son las seis, juraba que me comía las uñas y jalaba de mis cabellos para no caer en la locura por no poder mantenerme despierta. ¿Qué hice mal? Consideraba que no merecía ese mal trato, esa vida, vivir en ese mundo de lujo y pobreza. Ahora me preguntaba Como era la vida de los que miraban atrás, de los que pensaban y aprendían de sus actos, de los que se arrepienten y piden perdón.. pero justo cuando pensaba en ello recordé lo que me decían, "No mires atrás".
— Lanny. — un hombre de piel pálida y ojos color miel se paró frente a la chica con un semblante serio—
Justo tenía que ser interrumpida.....
— Bajaré en un momento, padre. —había dicho aquello con desinterés— Infórmale a mi madre.
— No tardes. — musitó con frialdad el hombre que aparentaba pasar de treinta años, dando una vuelta sobre sus talones y retirándose de la habitación sin agregar nada más.
¿Cómo es la vida de los ricos? Así, tan sombría y llena de palabras poco afectivas. Nunca he recibido una palabra cariñosa de parte de nadie, ¿pero qué hago mirando a mi pasado? Últimamente he estado muy alejada de lo real y apartada de lo que realmente debería pensar: Las reinas nunca deben mirar atrás.
Decidí mirar unos minutos hacia el suelo, sintiéndo un poco del frío que abrazaba mi habitación, era el mismo de todas las mañanas así que tomé mi abrigo y salí aún siendo abofeteada por el frío. Mi caminar no era tan rápido ya que amaba admirar las esquinas del gran pasillo que separaba mi habitación de las demás, en las paredes habían cuadros con pinturas realistas y animales extraños, de personas que sentía que me seguían con la mirada y que me quitaban el sueño en noches lluviosas. Aunque ya son muchos años viendo todos esos cuadros ahí, nunca perdería las ganas de lanzarlos a la basura. Y nunca faltarían aquellas lámparas que le transmitían un ambiente más aterrador, pareciendo la casa de unos vampiros con grandes y "exquisitos" gustos.
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