Wherever I go /Druig/

Cuatro

A S I M

-Iré a dar un paseo -digo informando a Kingo, Karun y Duende, quien había destruido otra cámara del ayudante.

Ellos asintieron y yo me encaminé hacia el interior del bosque.
La testarudez de Druig iba a complicar nuestra misión.
Resulta increíble lo difícil que es de convencer.

Estaba jugando con unas ramas hasta que escuché el crujido de unas.
Todas las alarmas de mi cuerpo se despertaron.

En un segundo saqué mi arco dorado, y me puse en alerta.
Cree un escudo sobre el arco para que también me protegiera a mi.

Con la mirada busqué entre los árboles, hasta que vi unos ojos amarillos.

-Mierda, desviantes... -digo en un susurro para mi.
Pero algo sobrevoló mi cabeza en dirección a la pequeña aldea.

Corrí lo más rápido que pude.

-¡Kingo! ¡Duende! -grite mientras corría- ¡Desviantes!

Ellos rápidamente se levantaron, Kingo comenzó a atacar disparando y duende empezó creando ilusiones.

-¡Avisa al resto! -me dice Kingo y yo asiento para salir corriendo.

-Ikaris, Thena, los desviantes han llegaaaaaado -digo al final viendo cómo viene uno volando y se lleva a Ikaris de nuestro lado.

-Mierda, tengo que encontrar a Sersi -digo maldiciendo.

-Yo me encargo -dice sacando sus dagas, y vuelvo a salir corriendo.

Mientras que buscaba a Sersi, tuve que enfrentarme contra varios desviantes que iban directos a por la gente.

Desvíe la mirada y me encontré con Druig escapando de un desviante.

-Eso si que no... -digo acercándome furiosa.

Con el arco disparé en la espalda del desviante para distraerlo de Druig.
Una vez que esté se centró en mi, cambié el arco por una lanza y fui corriendo hacia él.

Comenzamos una lucha, en la que mentiría si dijera que el maldito bicho no llevaba ventaja.
De un momento a otro me tiró la lanza a un lado.

-¡Oye amigo! Esa no es forma de tratar a una mujer -digo burlona para empezar a bolas y con mis poderes alzar un centenar de flechas y enviarlas directas al cuerpo.

Creé unas espadas para ambas manos y mientras que el desviante se iba desangrando por las flechas, yo fui acelerando su muerte.
Terminé cortándole la cabeza.

El resto... el resto es todo negro.

D R U I G

Mierda, los malditos desviantes habían vuelto y estaban arrasando con toda la aldea.

Llegando a un claro encontré a Asim siendo golpeada por un desviante.

Con mis poderes entré en la mente de los habitantes e hice que sacaran las armas para atacar al monstruo.

-¡No! -dice Sersi llegando detrás mía- Podemos ayudarla sin tener que entrar en la mente de nadie, ¡haz que se vayan!